-Buenas tardes Doctor Galván, necesito contar mis problemas a alguien, y usted me parece la persona mas apropiada.
-Sientesé, sientesé en este sofa y digame que le sucede.
-Verá, llevo una temporada muy estresado y con una gran crisis nerviosa. Creo que estoy perdiendo la cabeza.
-Todos creemos perder la cabeza alguna vez en la vida, pero debemos afrontar las cosas de la mejor manera posible, buscando siempre todos los aspectos positivos de las situaciones que nos parecen críticas...
-Lo sé, pero lo mío es preocupante. Yo no tengo lado positivo. Tampoco tengo personalidad, soy como un robot, me dejo influir mucho por lo que me cuenta la gente.
-¿Lo que le cuenta la gente?¿Que quiere decir?
-Emmm...Que la gente me transmite muchas cosas negativas, todos mis esfuerzos por buscar el lado positivo, a veces son en vano.
-Vamos a ver, lo primero de todo es que nunca debe consentir dejarse influir por lo que le cuenten sus amigos o gente cercana. Todos somos susceptibles de caer en sus juegos o sus historias paranoicas.Nunca deje que sus malas vibraciones alteren su estado emocional.
-Eso es como decirle a un reo condenado a muerte que no se deje llevar por sus sentimientos de tristeza y amargura.
-No compare. Aunque no se lo crea, le aseguro que conozco muy bien la forma de pensar de cada uno de mis pacientes, y por su forma de hablarme, usted no es ninguna excepción.
-Usted no me conoce. Usted que va a saber lo que yo realmente pienso. El cerebro humano todavía es indescifrable.¿Usted sabe que función tiene el porcentaje del cerebro que no somos capaces de utilizar?
-Realmente no. Creo que es una de las cosas que seguirá siendo un misterio para la humanidad. Como lo sigue siendo por ejemplo la famosa Sábana Santa.
-¿La Sábana Santa un misterio? Por favor, ¿usted cree que en ese trozo de tejido estuvo en su día Jesucristo?
-Lo que piense o no sobre eso creo que se aparta del asunto que tratamos. Ivamos por la forma de pensar que usted tiene.¿Que tiene de especial para que usted suponga que no soy capaz de entenderla?. He tratado a cientos de personas con sus mismos síntomas: depresiones, ansiedad, crisis nerviosas...Muchas veces, la causa de todo ello siempre es en relación con asuntos familiares, y sobretodo laborales.
-Quizás tenga usted razón. La verdad es que estoy pasando una mala racha por culpa del trabajo. Me tiene absorbido por completo.Quizás deba plantearme dedicarme mas tiempo para mi.
-Eso sería una buena idea. ¿De que trabaja?
-De lo mismo que usted. Soy psicólogo.
-Ya lo sé. Creo que lo mejor es terminar de una vez con esta estupida conversación que hemos mantenido.
Entonces hubo un breve silencio en la sala. Sólo las paredes se hicieron eco de todas las palabras que aun flotaban en el aire, esperando a que alguien las liberase.
El Doctor Galván se levantó lentamente del sofá. Dejó un gran cartapacio negro sobre la mesa de su despacho, abrió uno de sus cajones y cogió unas llaves. Tras ordenar rápidamente la multitud de papeles de su escritorio, descolgó su abrigo del perchero y se lo puso encima el hombro.
Echando la vista atrás, se encaminó hacia la puerta, apagó las luces de la habitación y se marchó cavizbajo, una vez más, de su lugar de trabajo......