Le he podido echar ya un ratillo, dos transformaciones he conseguido por ahora, y muy pero que muy contento con él.
Pero ojo, aviso para navegantes, sus parecidos con el Wonder Boy se reducen al tema de las transformaciones, arte y al scroll lateral. Por lo demás en este caso nos encontramos con momentos que nos obligarán a pensar cómo superar determinadas pantallas (siempre puedes tirar de pistas con el cerdo pero mejor obviarlas), combates con bosses pelín peliagudos y saltos de plataformas de esos de correr carrerilla y calcular el momento exacto del salto. No es el reto de tu vida pero ni de lejos un paseo, cosa que me parece notable pues ese tufillo retro chachón no se limita al arte empleado sino a la sensación de reto que hoy brilla por su ausencia en el 99% de los lanzamientos.
Ya lo del precio es cosa de cada cuál, unos preferirán gastarse 39.90€ en un pase de temporada y otros en un juegazo como este.