MoonMen

He pensado largo y meditado tiempo en cómo comenzar esto. Un largo y estúpido tiempo, ya que aún no se cuál debía ser el comienzo.

Soy Ross. Igual podría ser un puto famoso tirándome a colegialas no inocentes mientras dono cheques a asociaciones que no me importan en absoluto. Podría tirarme simplemente a colegialas. O a otras. O a otras y las colegialas. Podría no ser famoso y aún así estar en mi dominio ambas. Pero no, soy Ross. Simplemente Ross. Ser Ross no es malo a fin de cuentas. Simplemente es malo cuando se compara con otro que no es Ross. Por eso debo buscar a otros Ross que me quiten el sentimiento de mierda y asco. Ross no conoce tías, Ross no habla con tías. Qué coño, a Ross no se le pasaría por la cabeza acercase a tías. Ross simplemente se quedaría en segunda fila sonriendo a expensas de que otro que no sea Ross las acerque a Ross. Aprovechamiento de recursos se le llama a eso. Es una de las cualidades que se adhieren a mi nombre. ¿ Y qué cojones tiene que ver esto con todo lo que no tiene que ver con nada? Es esencial, simplemente esencial. Si no comprendieras quién soy, posiblemente no entenderías nada de aquí en adelante. Y eso tampoco es importante, pero es posible que al final tenga algo de profundo.

Y ese es Mike. Mike es rico en cualidades. Cualidades estúpidas, pero al menos tiene su función vital. Es el complemento ideal para que yo pueda trazar bromas y burlas. ¿ Qué haría yo sin Mike? Es una cuestión demasiado tentadora para no pensar en ella. Posiblemente hasta volveríamos al punto de las colegialas. Bueno, seguramente no, pero fantasear es gratis por ahora y debo aprovecharlo. Mike es un buen tío. Por lo menos es buen tío. Menuda putada divina si ya no fuera un buen tío. Quién sabe, quizás hasta le iba mejor. En todo caso, Mike no puede ser mal tío ni puede tener colegialas. ¿ Qué sería del pobre Ross sin un Mike guardían y paciente a su lado?

Y ese que parece subnormal, y en efecto, lo es, es Sam. No tiene la culpa, al final y al cabo él parece feliz y todo. Sam es un punto de cohesión entre Mike y yo. Su estupidez nos sirve de unión altiva para vanagloriarnos de que, aún siendo gilipollas, conservábamos un poco de dignidad por encima de la lastrada media. ¿ Y eso hace sentirse a uno mejor? En absoluto, pero siempre es mejor creértelo que dilucidar sobre ello. Y total, él ya nos abochornaba internamente con sus desgraciados aportes en un clima ya inmundo de por sí. En terminos equitativos, se lo merecía, por cabrón. Aún así, era nuestro colega y enemigo, como yo lo era de Mike y viceversa en todos los sentidos, así que se le debe honrar con permitirle su presencia.

Por último, nos encomtramos a Rustie. Rustie realmente era algo indeterminado. Una energía apagada que deambulaba con arrebatos interesantes. Era un tío cojonudo, sin duda. Nunca podías confiar en qué cojones iba a decir, lo cual me perturbaba y agradaba. Era la paja mental de un bohemio del concepto indiferencia hecha ser. Con estas referencias, era jodido que un tío así entrara a formar parte del juego, pero en fin, como ni el mismo se tomaba en serio su opinión, acabó formando parte de él. Iba a hacerlo de todas formas. Asumiendo esto, Rustie pasaba a ser otro rival potencial, por lo cual, pese a nuestra gran amistad, cultivada y deformada durante años, debía ser vigilado convenientemente.

¿ Y en qué consistía ese puto juego? Fácil. Fácil y macabro: joder al otro. Qué panda de cabrones entrometidos pensarás. Posiblemente llevas razón, pero nosotros estaremos ocupados en nuestra tarea prima y motivacional como para prestaros atención. Además, todo estaba pactado y discutido pacífica y absurdamente, lo cual ayudaba a calmar nuestras difusas conciencias.

El juego, como todo juego que se precie, constaba de unas patéticas y violables normas que a la vez que nos resaltaban como cabezas pensantes, nos hacían más gilipollas, lo cual me deprimía y enorgullecía, creando una sensación de vacío. Supongo que Rustie podría definir mucho mejor esa sensación.

Las normas eran las siguientes:

- SÓLO se permite la interacción con los miembros que firmaron el pacto. Queda excluida toda participación ajena.

APUNTE MENTAL: Esa “interacción” queda realmente ridícula.

- La maquinación/putada se puede obrar de manera conjunta.

- La única forma de agresión posible es la indirecta.

- No habrá represiones posteriores contra el castigador.

- TODO VALE respetando las reglas posteriores.

El juego es una labor pura y vital. Es casi imposible que cualquiera de nosotros hubiera sobrevivido sin un principio tan firme, serio e irracional como era el pacto. El juego abarcaba tantas facetas emocionales y necesarias que básicamente era un motivo de vida por si solo. Además, no teníamos nada por lo que preocuparnos o poseer miedo a perder. El juego lo era todo para los que no teníamos nada.
Mi intención es continuarlo, así que iré colgando los demás capítulos aquí.
Muchas gracias por los comentarios.
Edit-Segundo capítulo

Ross.1.

Eres inteligente. Podrías sacar mejores notas. Podrías alcanzar un buen curro. Podrías conseguir una tía. Podrías conseguirlo todo y no consigues nada.

Supongo que en algún momento dejé de tomármelo en serio, de prestarle atención, de preocuparme por ello. Demasiada presión, demasiada mierda, demasiado odio que no podía salir, demasiadas cosas que decir y estar callado tragando mierda. Pudo conmigo. Me arrolló. La realidad me jodió, me apaleó, jugó conmigo, me dio una paliza y me dejo tirado sangrando mientras sonreía. Le escupí sangre desesperada para que acabara conmigo mientras salía de aquel callejón oscuro. Y entonces me volvía a despertar. Me levantaba buscando algo, con una patada en el estómago. Un perro llorando con frío. Y me movía pero sabía que aquello era mentira. Que todo aquello se iba a acabar. Era una mierda efímera, demasiado efímera para que la llegara a apreciar. Una puta que me provocaba.

Intentaba reirme de ella. Pero cuanto más lo intentas más te das cuenta de que realmente estás hundido y cansado. Pelear contra la realidad es una absurda batalla perdida. Aunque golpees, aunque enseñes los dientes, aunque intentes destrozarla a ostias, ella siempre va a reventarte la cabeza de un golpe seco. Y duele, pero no se acaba. Es un dolor sordo, consciente, un dolor en tercera persona. Me veía con ojos desorbitados. Tirado en el suelo sin moverme.

Y volvía a despertarme.

Entonces les conocí a ellos. Hola Mike. Hola Sam. ¿ Hola? Rustie. Eran como tantas veces me había visto. Me dieron arcadas. Verse a uno mismo sin que se lo pregunten es realmente asqueroso y ridículo. Me proporcionaron esperanza al menos. Esperanza de que no era el único, no de poder contener aquello. Aquella esperanza la había perdido hace tiempo. Todos habíamos perdido esa esperanza. Eso encauzó el juego. Que nos sintieramos tan lejos de todo aquello hizo que lo despreciaramos. Más bien nos despreció a nosotros la propia realidad, pero era demasiado humillante admitirlo, así que el juego no resultaba más que una excusa para no reconocer que como seres sociales habíamos acabado ahogados.

Y así comenzó todo. Comenzamos a entendernos y al mismo tiempo a tener miedo. Eramos un puto equipo, ¿¡ NO!? Un puto y jodido equipo. Ninguno de nosotros debía salir. Supondría una aceptación de que realmente estábamos adoptando una solución incorrecta y jodidamente estúpida, al tiempo que nos devolvería al asco y la mierda. A la puta realidad. Y eso era algo que no se debía permitir.

Así que firmamos. Brindamos por la nada mientras sonreíamos por nuestra acertada decisión a la vez que llorábamos por dentro por nuestra condena aceptada.

Yo era Ross. Ahora ya no lo sé.
Mike.

Salimos de fiesta. A vernos a nosotros mismos. En esas ocasiones de verdad. Salir para mostrar que el juego sólo ocupaba una efímera porción de miseria en todo lo que se movía y no paraba de ocurrir. Y aún así lo haciamos. Era un ejercicio más que se incluía en las normas. Realmente, no tengo la más mínima idea de si es así, pero al menos lo asumíamos como tal. Saliamos únicamente con el objetivo de satisfacer sádicamente la noche.

Estábamos Rustie, Sam, Ross y yo. Rustie tenía una pinta ambigua, ni presente ni allí. Bah, qué cojones importaba eso, Rustie había venido y eso era lo importante. Sam parecía excesivamente eufórico, lo cual me asustaba y jodía. Sam y la noche no se llevaron nunca bien, y tampoco ahora lo hacían. Era un cóctel de excitación patética y exacerbante mezclado con capullos, alcohol y lucidez espontánea cuando se daba cuenta de que había fracaso otra noche. Mezclado listo para quemar la garganta. Oh, claro que sí. Aunque si había que analizarlo objetivamente, nosotros eramos causa principal situada en un extremo difuso entre capullos y lucidez. Sam podría haber triunfado ¿ alguna? noche. Qué cojones, no habría triunfado, y aunque lo hubiera hecho, se lo hubiéramos impedido. Siempre se lo hubiéramos impedido. Además, para eso salíamos, ¿no?.

Ross era un punto aparte. El cabrón elegía los días equivocados para caerse. Que no se me malentienda, era mi mejor colega. O quizás un colega por descarte. La cuestión es que era un tío brillante, brillante e indiferente.Quizás ese era su problema. Era tan indiferente que se empañaba a si mismo. Sabía destruir pero sin duda sobresalía en su propia autodestrucción. Y entonces era mejor dejarle. Que se matara a si mismo no salvaba que su mente pervertida se volviera aún más jodidamente macabra. Si Sam me asustaba en un estado de entusiasmo desmedido, Ross me perturbaba en su oscuridad planificada. ¿ Y eso qué tiene que ver? Todo. Es puramente indispensable. Ross-fiesta-inmundicia. Era suficiente para asimilar que el juego se iba a deleitar esta noche. Iba a ser frenético y psicópata. Debía actuar si no quería desperdiciar otra noche.

Entramos a un pub para alcohólicos sin prejuicios. Esos pubs mugrientos tenían su jodido encanto en el fondo. Como nosotros, muy al fondo. No te miraban por encima del hombro, y si lo hacían, lo disimulaban bien. Era convertir en espacio el maldito desengaño. Se llamaba Mogwai. Oh amigos de la noche, reuníos. Pedimos pintas y nos sentamos entre cadáveres mentales. Era un puto funeral y empecé pronto a pillarle asco a la situación. Decidí comenzar una amena charla entre candidatos a suicidio:

- Ey Ross, quita esa maldita cara de asco. Ya sé que es genético, pero inténtalo- Había sonado ridículo y forzado.

Ross me miró con repugnancia durante un destello de “Hoy acabas en el suelo” y siguió mirando a su pinta. Había establecido una relación de amor platónico preciosa. No bebía, simplemente aguardaba a que aquella rubia se le acercara a la boca pidiendo placer: “Ven aquí, venga, sé que me necesitas”. Estuvieron así un rato hasta que cayó bajo sus encantos de demacrado juvenil encantador. Parece que le pilló gusto y al poco tiempo ya se encontraba, dentro de sus limitaciones, en la barra. Qué deprimente parecía.

Rustie había comenzado a contar mierdas que nadie entendía. Debe ser complejo de cojones ser Rustie. Para una vez que te dignas a abrir la boca y únicamente consigues balbucear contigo mismo. Sam estaba intentando acercarse a un grupo de tías situado justo en una barra que se aproximaba sospechosamente a la salida. Sin duda sabían lo que se iban a encontrar allí, y eso parecía divertirles y avergonzarles. Sinceramente me interesaba más Rustie y su alcoholizado diálogo interno. Sam tenía claro que iba a propiciar la salida más que evidente del grupo femenino, y Rustie hasta parecía tener un profundo interes filosófico. Había comenzado a gesticular como un mandril furioso y eso le aportaba cierto dinamismo al balbuceo. Si ya parecía ser un ser hecho trozos psicológicamente, ahora esa teoría se extrapolaba al apartado físico. Estaba llorando de risa, o eso creo, y Rustie empezaba a atraer público. Sin duda estaba pasándoselo en grande. Consciente o inconscientemente, es imposible saberlo.

Pero qué…mi expresión había cambiado a una ira simpatizada por las pintas de más. Estaba pasando un jodido buen rato con Rustie y todo se acaba de truncar. Una tía había dejado tirado al grupo de Sam y estaba hablando con Ross…Espera ¿ Sam? ¿¡ Dónde cojones se ha metido!? Oh, se me está yendo de las manos. ¡ Rustie, actúa! ¡ACTÚA!. Recibo el silencio como única respuesta. Dios, tendré que ocuparme de todo yo mismo. Primero, ¿ Y Sam?. Calma, calma. Lo más seguro es que esté abochornando a otra tía o que esté con ella fuera…OH NO. Salgo tambaleándome hacia afuera. Giro la cabeza y me gira el mundo. Consigo enderezarme y voy dando vueltas por los alrededores. Esto no puede ser así. Sigo dando vueltas y al final vuelvo al punto inicial. Consigo ver a Sam tirado justo al lado de la puerta. Soy gilipollas, no se me había ocurrido agachar la cabeza. Punto dos. ROSS, ÉSTA TAMPOCO PUEDE SER TU NOCHE.

Entro al local y Ross no es Ross. ¿ Quién es ese tío que sonríe?. He visto a Ross sonreir antes, pero no así. ¿ He llegado tarde? No, me niego a pensar eso. Consigo llegar hasta Rustie, el cual está durmiendo. Buen espectáculo Rustie, te mereces un descanso. Intento pasar desapercibido y consigo situarme cerca de ellos:

- No te esperaba ver por aqu…- Ross está siendo amable. Mierda, mierda.

- ¡Ya ves! Estoy con unas compañeras y les gusta este local. Tampoco está tan mal.

Hasta ahora sólo me había preocupado por joder a Ross. Ahora me doy cuenta de que la tía está realmente buena. No salgo de la impresión y de la incredulidad preguntándome qué hace perdiendo su tiempo con Ross.

- ¿ Y qué tal…anda…y eso?

Quizás no va a hacer falta que actúe.

- ¡ Muy bien! Estudiando para Derecho, te acuerdas que te lo dije, ¿ no?- Le mira con ojos de falso enfado.

¿”¿Te acuerdas”?, ¿”Bien”?. Estoy mareado y me quema el estómago.

- Ah, sí, es verdad, es verdad…Hacía mucho tiempo que no hablaba contigo…¿ Qué tal con Edward?- Ross suena cansado de si mismo.

- Ah…Hace 2 meses que lo dejamos.

PELIGRO

- Oh…vaya…lo…lo…ya sabes…es una…putada…sí…bueno…si estás bien…¿ no? – Ross perdió la empatía hace tiempo. Largo tiempo…

- Sí, bueno, creo que era lo mejor.

- ¿ Entonces ahora…?

- Con las amigas.

Los sentimientos nunca mueren del todo. Siempre corres detrás de ellos para propiciarles el golpe final . Siempre, siempre. Yo corrí mucho y al final me quedé parado dejando que huyeran. Mirándolos a la lejanía, como corrían agitados. Y yo sentado…Ross sigue corriendo, aunque no lo reconozca. Es hora de frenarle.

Continúan dialogando y al final me llega el momento.

- Me voy…al baño…sí, en un momento vuelvo. – Ross se levanta y se va arrastrando las piernas.

Actúo rápido. Es experiencia. Puro placer. Un chute de miseria en vena.

- Tú. – La miró desafiante con cólera imitada y se me queda observando perpleja.

- ¿ Qué pasa?.

- Deja a mi chico. Veo cómo le miras. Déjalo o tendremos problemas. – Un papel perfecto Sr. Mike.

- Sólo estábamos hablando…Soy, soy una amiga suya. – Está nerviosa y eso me proyecta una sensación de omnipotencia. El juego es puro éxtasis.

- Aléjate. Ya.- Ha pasado a cólera efervescente.

- Tranquilo…tranquilo…

Coge sus cosas y se marcha con sus amigas hacia el desconocimiento. Ha huido. HA HUIDO. Me siento de puta madre. JODIDAMENTE GRANDE. Me entran ganas de gritar y festejar con Rustie. Qué cojones, vamos a hacerlo.

- ¡¡RUSTIE, RUSTIE!! ¡ DESPIERTA JODER!- Empiezo a zarandearle.

- Eh…eh…eh…

Me empiezo a reir descontroladamente en la mesa, en el suelo…No puedo parar.

Ross sale y al contemplar la mesa vacía despierta del letargo.

- Qué…

No puedo parar.

Ross mira a la mesa, segundos, minutos…No sé, no puedo respirar. Rustie se ha caído también.

- Angela…

De repente me atiza la memoria. Eso me suena. Ese maldito nombre me suena. ¿ Quién era…quién era…?

Ross comienza a beber. Yo le miro desde el suelo, esperando. Yo continúo riendo y él bebe de manera precipitada y suicida. Al final se levanta y se acerca a mí. Me levanto.

- Reconoce que…- La sonrisa me aflora.

Ross me mira homicida. Ahora me encuentro en el suelo, sangrando por la boca sin parar de reir.

- ¡¡HAS INCUMPLIDAS LAS NORMAS!! HAS INCUM…- Me duele el pecho de tanta carcajada.

Ross ya no está.
Hola,

Intenté leerte para poder valorar-ayudarte, pero no hay manera. No quiero ser duro pero no consigo entender nada, menos aún la segunda parte. No acotas quien habla, los tiempos verbales creo que no son acordes, etc. No voy de malas, si me la pelara te diría que me encanta y te dejaría seguir escribiendo - a mi visión, mal-.

Toma un poco de humor: (Si quieres algo hablamos por ahí).


19 consejos para un aspirante a escritor

  • Lo primero hes conozer vien la hortografia.
  • Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que Vd. no caigan en aquellos errores.
  • Y nunca empiece por una conjunción.
  • Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido repetidamente.
  • Use; correctamente. Los signos: de, puntuación.
  • Trate de ser claro; no use hieráticos, herméticos o errabundos gongorismos que puedan jibarizar las mejores ideas.
  • Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe aparecer equivocándose, abusando de los gerundios.
  • Correcto para ser en la construcción, caer evite en transposiciones.
  • Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes.
  • Si Vd. parla y escribe en castellano, O.K.
  • ¡Voto al chápiro!... creo a pies juntillas que deben evitarse las antiguallas.
  • Si algún lugar es inadecuado en la frase para poner colgado un verbo, el final de un párrafo lo es.
  • ¡Por amor del cielo!, no abuse de las exclamaciones.
  • Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis.
  • No utilice nunca doble negación.
  • Es importante usar los apóstrofo's correctamente.
  • Procurar nunca los infinitivos separar demasiado.
  • Relea siempre lo escrito, y vea si palabras.
  • Con respecto a frases fragmentadas.
DeFT escribió:Hola,

Intenté leerte para poder valorar-ayudarte, pero no hay manera. No quiero ser duro pero no consigo entender nada, menos aún la segunda parte. No acotas quien habla, los tiempos verbales creo que no son acordes, etc. No voy de malas, si me la pelara te diría que me encanta y te dejaría seguir escribiendo - a mi visión, mal-.

Toma un poco de humor: (Si quieres algo hablamos por ahí).


19 consejos para un aspirante a escritor

  • Lo primero hes conozer vien la hortografia.
  • Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que Vd. no caigan en aquellos errores.
  • Y nunca empiece por una conjunción.
  • Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido repetidamente.
  • Use; correctamente. Los signos: de, puntuación.
  • Trate de ser claro; no use hieráticos, herméticos o errabundos gongorismos que puedan jibarizar las mejores ideas.
  • Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe aparecer equivocándose, abusando de los gerundios.
  • Correcto para ser en la construcción, caer evite en transposiciones.
  • Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes.
  • Si Vd. parla y escribe en castellano, O.K.
  • ¡Voto al chápiro!... creo a pies juntillas que deben evitarse las antiguallas.
  • Si algún lugar es inadecuado en la frase para poner colgado un verbo, el final de un párrafo lo es.
  • ¡Por amor del cielo!, no abuse de las exclamaciones.
  • Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis.
  • No utilice nunca doble negación.
  • Es importante usar los apóstrofo's correctamente.
  • Procurar nunca los infinitivos separar demasiado.
  • Relea siempre lo escrito, y vea si palabras.
  • Con respecto a frases fragmentadas.



Lolollol, respuesta muy explicita y clarificante, toma nota DsGamer, que me ha recordado a los concursos florales

Y tu DeFT, tomate esa soltura también para cuando escribas sobre lo tuyo que estas un poco bastante depresivo.

Saludos.
6 respuestas