Microsoft señaló como principal característica la computación en la nube para multiplicar la potencia de su nueva máquina. Esto permitiría procesar en la nube diversos elementos del juego con el fin de mejorar la calidad de los gráficos sin una merma en el rendimiento ni de la consola ni de las partidas tanto online como offline. Por tanto, esto permitiría a los desarrolladores utilizar esa computación en la nube para otorgar a sus juegos una calidad gráfica y un rendimiento superiores a lo que por potencia permite la Xbox One, hecho este que justificaba por sí solo la tan polémica conexión permanente.
Ahora bien, una vez producida la "bajada de pantalones" por parte de Microsoft con la eliminación de la conexión permanente, una de las medidas tomadas es el hecho de que todo el mundo deberá bajarse una actualización el primer día con el fin de eliminar dicho requerimiento, por lo que la principal característica de la consola, quedará casi totalmente inutilizada. Aún así, Microsoft mantiene el mismo precio a un producto que terminará llegando "capado" a nuestras casas y que, sin esa "porencia extra" de la nube, quedará por detrás del producto de la competencia.
Por ello, creo que hay motivos más que de sobra para no comprar la Xbox One.
PD. Perdón por el tocho...