El célebre batería y fundador de los Rolling Stones, Charlie Watts, ha fallecido este martes a la edad de 80 años en Londres, según ha dado a conocer su agente y publican varios medios británicos.
Este mismo agosto la banda británica comunicó que Watts no podría acompañar a los integrantes del grupo en la gira que debe comenzar este mismo mes de septiembre. Según se dijo a inicios de este mismo mes de agosto, el batería debía tomarse un descanso para recuperarse de una reciente “procedimiento médico”.
El fallecimiento de Charlie Watts no solo pone de luto un agosto aún pandémico, sino sobre todo dice adiós a una manera de vivir y sentir el rock y, sobre todo, un modo de vivir de un modo coherente.
A Charlie Watts siempre se le asociará a tres elementos: el primero, más importante y obvio es haber formado parte a una de las dos bandas más trascendentales de la música popular, como son los Rolling Stones, con el añadido fundamental de que aún siguen en activo, a diferencia de los Beatles.
La segunda es que mantuvo y patentó en cierta manera un modo de tocar la batería que rompía el cliché de la espectacularidad, la grandiosidad y el efectismo consustanciales a muchos de los grandes nombres del rock. Su toque era a menudo sucinto, siempre eficaz y refractario al protagonismo gratuito.
Y tercero, esa misma contención la transmitía a la imagen exterior, ejerciendo de voluntario/involuntario contrapunto dentro la parafernalia de parte de la banda en sus épocas de mayor efervescencia y escaparatismo. Y se acabó convirtiendo en una de las marcas de la casa, que ayudó a su longevidad.
Una longevidad en la que prevaleció por encima de todo su amor por lo que hacía. Como confesó hace un decenio a este diario “le aseguro que si no disfrutase con lo que hago cuando me subo a un escenario, hace tiempo que hubiera dejado a los Stones”.
Cuando hace un par de semanas se anunció que el batería no iba a acompañar a sus compañeros de los Rolling Stones en la anunciada gira por Estados Unidos en los próximos meses, no se llegó a concretar el tipo de operación al que se había sometido. Watts fue tratado previamente por cáncer de garganta en 2004, y un año después se rompió varias costillas y el brazo en un accidente automovilístico en Niza.
Su ausencia en el anunciado tour despertó especulaciones de amplia gama, habiéndose cumplido las más sombrías. La nota en donde se anunciaba la malanueva especificaba que el músico “murió tranquilamente en un hospital de Londres hoy, rodeado de su familia”.
Asimismo, en la nota difundida por la BBC se lee que la banda británica lamenta la muerte de un "amado esposo, padre y abuelo" y "uno de los más grandes bateristas de su generación, y solicitamos amablemente que se respete la privacidad de su familia, miembros de la banda y amigos cercanos en este momento difícil".
Charlie Watts nació en Kingsbury (Londres) el 2 de junio de 1941 y se incorporó a los Rolling Stones en enero de 1963, donde Keith Richards, Mick Jagger y Brian Jones estaban ya dándole forma. Pese a no ser parte de la célula fundadora, Watts fue parte fundamental del combo y de todas su obras más trascendentales, lo que no hace sino acrecentar su dimensión musical ya que el no venía del rock sino que su campo de procedencia era el jazz. Un género que se reflejaba no solo en su manera de tocar la batería sino en el hecho de que no llegó a abandonarlo nunca y la mantuvo de forma paralela a los Stones.
En este sentido, le confesaba es te respecto que “fue el rhythm’n’blues lo que me decidió a ingresar en el grupo, una afición musical que compartía con Keith y Mick. El rock’n’roll en aquella época era la música de moda, especialmente en Estados Unidos, y a mí no me interesaba gran cosa. El r’n’b y, claro está, el jazz, un género al que he dedicado tiempo, dedicación, un quinteto y algún disco, como el de homenaje a Charlie Parker”.
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