Llevo todo el día tarareando la sintonía del programa "Pasa la Vida". En casa mi hermana y yo nos burlábamos de la tontada de canción... Y bueno, también del programa en sí, ya que lo veíamos..., no sé, entre demasiado blanco y frívolo. Pero hay que pensar en su trayectoria, ciertamente los 80s y primeros 90s eran una época en la que si eras mujer y no destacabas por juventud ni belleza, se te criticaba, ella misma cuenta que llamaban "vieja" con 40 años y que le llegaban especulaciones en su entorno de que sólo podía estar ahí por el oscuro favor de algún señor. La realidad es que llegó a donde llegó por marcar un estilo personal, y es que en una época dominada por el encorsetamiento y la seriedad a la hora de comunicar, ella introdujo -aparte de mantener el respeto-, unas formas que conjugaban la improvisación, la naturalidad y la espontaneidad; un estilo con el que consiguió conectar y hacerse cómplice del espectador -especialmente en el target femenino-, y mantenerse como presentadora durante décadas, lo cual tiene su mérito. Este nuevo estilo de comunicación fue un éxito y siguió evolucionando con los años haciéndose más ácido y eliminando el factor de respeto para con los famosos en el ámbito del Corazón, naciendo programas como "Tómbola" y "Aquí Hay Tomate".
Un momento clave en su carrera -ya en su etapa tardía-, fue el gran error que cometió al marcharse con su equipo a Antena 3, ya que le dejó el hueco libre a Ana Rosa Quintana, que haría más o menos el mismo formato pero en plan "diva de revista de belleza". Este hecho unido a que Antena 3 no la veía ni el tato y Telecinco arrasaba con todo, hizo que perdiera por completo su primacía y diera comienzo su declive, asociándose desde entonces sus programas con un target para personas mayores. Con todo, en mi caso prefería mil veces a María Teresa que Ana Rosa, ya que la primera, pese a ser socialista creo, era bastante neutral políticamente, mientras que Ana Rosa era y es una señora de derechas que busca influenciar a la audiencia con su ideología. Luego está el tema (y esto es una opinión personal sin animo de criticar sino de reflexionar), de que daba la impresión de que no tenía más hobby que su profesión; parece claro que la televisión es un generador de dopamina para el ego sólo comparable a los artistas musicales con su público. Engancha, te haces adicto, y cuando lo dejas, te hundes. Creo que éso -al menos es la sensación que me da-, es un poco lo que le ha ocurrido a ella, pues hasta el final estuvo pidiendo volver a la televisión, y no sé si eso esta bien o mal, quiero decir, cuando llega una edad quizá uno debería cultivar aficiones más íntimas y menos expuestas al público, pues ninguno somos inmunes al paso del tiempo. La entrevista que le hizo a Ayuso por ejemplo a mí me impresionó mucho el estado de deterioro en el que se encontraba. En fin, descanse en paz.