Es una pena, pero también lo es el que ese excesivo reconocimiento lo sea a consta de hacer suyo el trabajo inmenso de otros autores no tan reconocidos. Stan Lee fue una suerte de Steve Jobs, un tipo con talento pero sobre todo un tipo listo que supo aprovechar comercialmente el trabajo ajeno. Atrás queda su nefasto modo de guionizar, nefasto no por falta de calidad sino por hacer suyo el mérito que debería haber sido compartido, cuanto menos. Atrás queda el maltrato a tanto dibujante, ese desmedido ego apropiador del talento ajeno. La semiesclavitud a los dibujantes, que prácticamente lo hacían todo salvo ver reconocido su trabajo.
Ay, da también mucha pena el ver el eco inmenso de esta noticia y lo poco que se habló de la muerte de Einsner. Ése sí fue un Maestro, un inmenso artista que dio al medio una suerte de técnicas narrativas que tanto han hecho y hacen por el medio. Me apena la muerte de Lee, pero también lo hace esa vida miserable de vampiro. Incluso el hecho de que mucha gente identifica tebeo con superheroes, claro que hay obras inmensas en ese género, pero vamos, piensa uno en Tardi, Tezuka, Corben o Pratt y algo se te parte en el corazón...