En el infierno según definición eclesiastica estaría el mal absoluto. Y como mal absoluto de lo malo más malo y de lo peor más bien sería Ramoncín (Memorrriiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaa, memorrriiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa~), Enrique Iglesias, Luixi Toledo y cosas del estilo!!
así que yo cancelo mi ticket para ese infierno católico y me iría a algún paraíso (infernal para los de la sotana y el crucifijo) en el que se pueda disfrutar de buena música. En ese caso de esa lista no estaría mal oír a Elvis, losh BITELS (nos lo de Cádiz, los escarabajos ritmosos estos de Liverpool), Buddy Holly y Otis Redding.
Y como elección personal: Howlin' Wolf y en alguna esquina perdida y discreta de esos paraísos ultraterrenos al ciego Willie McTell tocando la guitarra a la puerta de algún establecimiento a cambio de unas monedas esporádicas que la gente le iban lanzando -si tenían el día generoso, claro-.