Te entiendo perfectamente. No sufrí un accidente, pero mi situación de sedentarismo es tal cual expones. Te explico:
Mido 1.80 y he pesado unos 100 kg aprox durante toda mi vida. Siempre estuve acomplejado con mi físico, además agravado por bullying precisamente por lo mismo durante la ESO. A eso le sumamos una depresión continua por problemas en casa y una relación de 8 años que acabó siendo tóxica totalmente practicamente me dejó encerrado en casa. Salía de vez en cuando, me pegaba algún fiestote de forma muy descontinuada pero nada más que eso.
Al llegar a los 23-24 conseguí empleo como mozo de almacén. Para aquellos entonces esa relación tóxica ya hacía año/año y medio que había terminado y a raíz de eso salía más, no todo lo que quisiera, pero sí, salía más.
Junto al curro de mozo de almacén (8 h de pie, cargando hasta 30 kg continuamente, muchas veces corriendo porque no dábamos a basto) bajé unos 30 kilos y me puse como un toro.
Salía cada día, ligaba muchísimo más que antes (y tampoco es que antes tuviera problemas, pero ahora era un festival de ligoteo). Resumiendo, me sentía increíblemente bien con mi cuerpo.
A los 8 meses esa empresa empezó a prescindir de gente subcontratado y me pusieron de patitas en la calle.
Seguía saliendo, pero ya no tenía esa "actividad diaria" de 5 días a la semana (y encima con recompensa económica
), así que poquito a poco empecé a engordar, además que durante dos años no he encontrado nada de trabajo (hasta hace poco más de un mes).
¿Resultado? Cada vez iba saliendo menos y menos, engordando cada vez más, recuperé todo lo que había perdido y gané 10 kilazos más de propina.
Volvía a verme fatal, la ropa que hacía 2 años me iba perfecta ahora no me entraba. Me veía fatal y comencé con la paranoia de que si salía todo el mundo me miraría y juzgarían. Hasta hace poco no he intentado arreglarlo, no me veía con ánimo.
¿Cual ha sido el detonante?
Mi pareja, ahora ex-pareja. De un día para otro, sin motivo aparenté, me dejó. No entendía por qué, estábamos bien con mi "realidad distorsionada". De hecho, abrí un hilo por aquí, simplemente para desfogarme un poco.
Al día siguiente hablamos y me dijo el motivo "ya nunca hacemos nada, nunca quieres salir, parecemos un matrimonio que lleva casado 40 años. Tampoco eres tan cariñoso como antes, no tienes detalles, etc". ¿Y qué pasa? Ella no sabía nada de esto, no sabía nada de mi depresión constante desde la pre adolescencia, no sabía que yo me veía casi como un monstruo, no sabía que me daba pánico salir a la calle. Simplemente yo iba de mis dos trabajos a casa y viceversa.
No quería contarle nada, ella ya conoce mi situación en casa, sabe que no es nada buena, que prácticamente no se puede vivir tranquilo aquí y eso a ella le preocupaba por mi. Prefería callarlo y llevarlo todo en silencio, para mi mismo, no quería darle más preocupaciones.
Y el día que hablamos me rompí. Rompí a llorar y ella no entendía nada. Y finalmente le conté todo.
Me confesó que ella ya había decido, que no quería una relación así y que no tenía idea de volver. Pero que todo lo que había contado, lógicamente no sabía nada y que me seguía queriendo. Quiere ver un cambio en mi, volver a ser el que era, volver a salir y que se podrá arreglar, porque no ha dejado de quererme, simplemente ella no podía seguir en una relación tan estancada por mi propia culpa.
Ahora empiezo a salir más, mismamente la semana pasada cuando acababa de currar salía todo lo que podía, salí los 7 días de la semana. Conté mi situación a mi círculo de amigos más cercanos (porque tampoco sabían nada, lo llevaba todo en silencio), para que me echasen una mano para salir porque todavía no me siento agusto yendo solo.
Y entre eso y que me he instalado el pokemon go, me voy pegando buenas caminatas al día.
En fin, sé como te sientes, así que mi consejo es cuentaselo a tu círculo más cercano y seguro que te echarán una mano. Yo pensaba que se lo tomarían a coña "tio, ese problema es una gilipollez" pero no, todos me han tendido la mano. Y si te mola el rollo de pokemon, instálate la app que no veas lo que ayuda a empezar a dar vueltas como un tonto y a caminar.
Y sobre todo, ¡mucha suerte!