Dicen que muchos negocios familiares suelen durar 3 generaciones:
- La primera, que lo monta con mucho esfuerzo de la nada.
- La segunda, que lo coge tras haber visto (y muchas veces sufrido) el esfuerzo que le costó a la primera.
- La tercera, que lo recibe sin saber lo difícil que fue levantarlo y por ende sin valorarlo, y que por ello finalmente lo hunde.