weno, lo siento pero vais a akarrear con una de mis rayaduras mentales, okay?¿
El otro día por la noche estirado en mi cama pensaba en ke llegaría este día, el tipico domingo tras el cual viene un lunes de pesada escuela. Ese día en ke te rallas y te pones a hacer las cosas del cole ke no has hecho aún.
Y empiezas a dar vueltas a tu mente hasta ke te pones a viajar hacia sus parajes más recónditos, esos lugares sombríos, esas eskinitas donde guardas tus pensamientos más tristes, tus amargos recuerdos, tus decepciones, tus despedidas, y esos momentos de corta felicidad ke recuerdas despues con añoranza. Todas esas rosas marchitas ke de vez en cuando te lanzan alguna espina, a veces no acertando, otras dandote de pleno y haciendo ke las recuerdes.
Y es entonces cuando piensas ke en esta vida no hay tiempo para nada, tus mejores años los desperdicias en cosas inútiles, y cuando kieres hacer algo te das cuenta de ke tienes unas cadenas atadas a los tobillos ke te atrapan fuerte y firmemente.
No hay tiempo para vivir, no hay tiempo para soñar, para desear, para amar, no hay tiempo para estar... Porke como títeres en una funicón seguimos nuestro papel, preocupados por el "ke pasará".
Una de las cosas más tristes de esta vida es el tener ke levantarte cada mañana para ir al colegio, ver como desperdicias un precioso día en ke podrías estar aprendiendo cosas prácticas para hacer algo de provecho en esta vida, en vez de escuchar las palabras de un pobre corazón amargado, senil, marchitado por los años, amante de su pupitre, el cual kiere con sus palabras ke seas igual ke él.
Es aún más triste en invierno, porke la penumbra del amanecer de enero, y ese viento seco pero frío, parece ke te reclamen a la esclavitud eterna. Y día a día, ves pasar rauda como un pekeño haz de luz tu corta juventud, e incluso los más dementes se aventuran a odiseas ke duran años y años, de las ke salen ya desgastados por el agotamiento de combatir contra un estúpido libro ke no te transmite valores, sino paja y más paja inútil, batalla de la ke salen deskiciados, e intentan depues imparitr sus conocimientos, en uno y otro intento de hablar con coherencia e intentando acercarse a nuestras mentes, pero no lo consiguen.
Cada día ke pasa me doy más cuenta de lo inútil de nuestra vida, sumisos a ser todos igual, a hacer todos lo mismo, a recibir basura cognitiva, en vez de una buena formación de trigo. Sólo unos pocos elegidos encuentran con fortuna ese camino, en el ke agusto trabajan o estudian justo lo ke desean.
Pero ese clamor desiderativo no siempre es escuchado, ese llanto de pajaro enjaulado ke grita "por favor, déjame salir de las jaulas de la monotonía" y con su débil pico intenta romper los firmes barrotes, no siempre es escuchado. De cada cien aves, el gigante Destino sólo se enternece con las palabras de dos, tres como mucho, y se apiada de ellas soltándolas a la madre Libertad. Así, Destino sería como un hijo avaricioso ke no kiere devolverle el cambio de la compra a su madre. Y Tiempo, el padre de familia, se limita a kedarse sentado, visualizando la atroz escena de avaricia, leyendo su periódico y dejando pasar las horas, dejando escapar la arena de su bolsillo, viendo como su cigarrillo se gasta lenta pero implacablemente.