Para que esa incómoda sensación en el estómago se atenúe, puedes practicar saltando desde la azotea de tu casa.
Respuesta seria: yo también soy muy sensible a la caída libre aunque lo disfruto, pero es tan simple como no montarte en las atracciones que no te gusten. No vas a perder amigos ni familia, salvo que sean fanáticos e intransigentes.