¡Cuan insifnigicantes somos y qué ignorantes al sumir nuestras preocupaciones a un entorno tan insgnifcante e irrisorio, que la misma inmensidad del universo echaría a reir. Somos un juego de títeres ante la eternidad, que espera burlándose ante nuestras narices, nuestros vanos intentos de comprenderla y entender con nuestro precario razonamiento humano la inmensidad que la contiene.
Mira al suelo, ahora al cielo, ¿Qué diferencia hay entre aquello que ves y tú? Ninguna, sólo somos un estado transitorio de la materia, pero materia al fin y al cabo, que por caprichos del destino quiso revelarse ante su propia naturaleza inerte para ser algo más. La vida. Somos un cúmulo de células, nuestro pensamiento se basa en millones de neuronas interactuando, creando magia, la magia de la vida, magia que NUNCA podra explicar la ciencia, porque estos es amigos, la materia relevándose contra el sentido común de las leyes físicas que habían reinado en el universo hasta entonces para escapar a las garras de la tranquilidad infinita del universo. Y es que... - ¿Cómo la materia se transorma en "algo" que piensa y no en algo que PARECE que piensa?-
Sin embargo, el tícket de este viaje es único, la oportunidad que se nos brinda al conceder nuestras vidas no se volvera a repetir en la eternidad, es decir, nunca. No quiero parecer un necio, pero ni yo comprendo la extension de esta palabra de 9 letras, y el que lo haga, miente, pues es sólo una ilusión para comprender algo totalmente fuera de nuestro alcance. Volveremos a ser polvo, ese mismo que tanto desprecias y que pisas, y tú ya no estarás ahí para arrepentirte si quiera, es por ello, por lo que tenemos la obligación de vivir la vida como quisiéramos haberla vivido una vez alcancemos la paz eterna que no espera en el momento de la muerte, como cuando la gota de agua que cae del cielo en el mar pasa a ser algo tan súmamente insignificante que ni si quiera el mismo mar repara en ello. ¿Cómo nos atrevemos, en ciertos momentos, a despreciarla? Deberiamos de estar agradecidos de este privilegio que se nos ofrece.
¡¡ Vive la vida, Carpe Diem!!, que si no la vives, para cuando te quisieras dar cuenta ya no podrás, aunque para entonces te dará igual. ¬¬ Mierda.