NOSOTROS LOS MEDIOCRES.
Nadie alisó tus pasos niño de mi ayer,
que lloraste amargamente (bien lo se)
nadie se digno a decirte
que los Dioses a veces quizás se parezcan
demasiado a los mortales,
que los puertos a veces mueren
sin acunar ni un solo barco,
que la bruma no se lleva a nadie
que no quiera irse.
Nadie te advirtió que el placer quizás
sea el pistoletazo de salida que te conduce
del indiscreto catre… hacia el averno,
crees que te diriges al oasis cuando
es justo todo lo contrario.
Quizás seas otra victima de la fe que jamás
movió la montaña.
Nadie te dijo que la libertad jamás se puso en práctica,
solo el que manda y ordena cree en ella,
burdo sucedáneo que consigue que paguemos
religiosamente a pajarracos con cartera.
Nadie te explicó que quizás un día tengas
que volver a usar candiles… los eriales....
...nos contagiarán con el síndrome de Estocolmo.
QUE NO HABRÁ..techumbre que nos impida ver el sol.
Por suerte nadie osó decirte ¡como se hace un poema!
ni como se pela una gamba con cubertería de plata,
ni como se miden los versos.
Afortunadamente dulce aprendiz de poeta
tienes muy claro que Góngora es Góngora y tú eres tú.
….Satán ya no te aplaude
Quizás cambiaste de acera…
lloremos juntos ojos de lince,
que ya pasó tú tortura,
que el ángel que te lacera,
está en la sepultura.