No me conoces, no sabes de mí.
Pero te he visto muchas veces
pasear por el parque y mirar,
con ojos de melancolía, los rosales
O asomada en los ventanales
del balcón de esa prisión
de la que guardas las llaves.
Observo tu tristeza pálida
reflejada en los cristales.
Los ojos abiertos al abismo
de tragedias personales,
grabados en esos lugares
que presiden tu pasado
sitos entre tus encajes.
Ese tiempo imaginado
pasión vital y rebelde
Ese otro tiempo robado
el que te vio alegre
correr en prados verdes
El antiguo esplendor
en donde creo verte