Cuando los usuarios de la PS3 todavía enjuagan el sudor de comprobar que su droga consola no funcionaba, y descubrir que milagrosamente todo volvía a la normalidad, ha llegado el momento de hacer balance desde Sony y parece que han dado con el culpable del desaguisado. Según podemos leer en Eurogamer, el malo de la película no es otro que el procesador ARM que mora en las entrañas de la consola (sí, el mismo que hizo enloquecer al Zune en 2008).
El problema, según parece, consistía en que el hardware consideraba 2010 como un año terminal y la llegada del 1 de marzo terminó por solucionar el apagón. Ahora todo queda en manos de Sony asegurarse que no nos volvamos a dar otro susto similar en el futuro...
Fuente:
Engadget