ku21 escribió:Por eso, yo como vendedor me ciño a lo que dice la ley y a lo que ofrecen los fabricantes. Si alguien me viene con un portatil de hace un año y medio con un fallo en la grafica, si el fabricante da un año de garantia, yo no voy a tragarme el sapo de dar un año mas de garantia, porque para los 30 euros que le saco de beneficio a un portatil de gama baja (o menos en las consolas), no voy a apechugar con una reparacion de 100 y pico euros. Yo le digo al cliente que el fabricante da un año de garantia y punto (y se lo enseño), que llegase algun dia el caso de un cliente me exigiese los 2 años de garantia (no me ha pasado nunca en mas de 7 años que llevo abierto), pues yo podria exigirle que lo demostrase mediante perito como dice la ley. Pero ya te he dicho que nunca he llegado a ese extremo, ya que todos los clientes aceptan antes de comprar el portatil o la consola que la garantia es de un año solo.
Yo entiendo que estés obcecado en defender lo tuyo, y haces bien, pero es que, si ese día llega, la petición de peritaje está fuera de lugar.
Si un cliente te exige, a través de consumo, los dos años, estás obligado a dárselos, aunque sea de tu bolsillo, si es que tiene razón. Y no digo que yo esté de acuerdo, pero es así.
Lo que dice la OCU es que la garantía se aplica, sin preguntas, tal como dice la ley, en los 6 primeros meses. Después de esos 6 meses, sólo si hay pruebas de que el defecto no es de origen, no hay problema en no aplicar la ley de garantías, si no, se asume que el defecto es de origen.
Pero eso no tiene nada que ver con que los consumidores tengamos derecho a esos 2 años o no. El cómo se apliquen o quién se haga cargo de ellos, es irrelevante para el consumidor.
El consumidor siempre tendrá 2 años de garantía.Lo único que dice la ley es que, si es demostrable, sólo a partir del sexto mes, que el defecto es de origen, se aplicará la garantía o no.
Como dije, la ley está tan mal hecha que echa toda la mierda sobre el vendedor. No está bien, pero es así.
Yo sólo espero que no te encuentres con un cliente con ganas de batallar (que los hay), porque puedes salir perdiendo, a no ser que demuestres que su defecto no es de origen, cuando el cliente demuestre que es de origen.