Esto es un artículo que tengo publicado en pescanarias.es.fm y que me parecio procedente compartir con todos los Eolianos. Seguro que alguno se siente identificado con este relato. Espero que les guste.
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Como la película, es un domingo cualquiera. Mi chica y yo, pasamos las horas viendo alguna serie de brujas estresadas por su destino y el día pasa tranquilo y plácido. De pronto suena el teléfono y a regañadientes voy a atenderlo.
- Diga
- ¿Que pasa tio?
Me alegra el oir a mi amigo Sergio al otro lado de la línea.
- Sergio tio, como estas!
- Pues nada. Aquí en el chozo, vageando un rato.
- Sí tio. Yo estoy aquí también con la piba, viendo la tele.
- Oye, que voy a buscar a mi chica y me comentó que si les apetecía que pasáramos por ahí un rato y nos echábamos una partidita de cartas.
- Hombre, por mi encantado, pero la verdad es que estoy un poco hasta los mismísimos de las cartas.
- Sí tío. Yo también. Je je je.
Su risita cómplice me delata sus verdaderas intenciones. Le digo susurrando...
- Pero si vienes igual podemos echarnos un par de partiditos a la PS2, así en un momento.
- Eso mola tio. Venga voy a buscarla y nos pasamos por ahí.
- Venga, hasta ahora.
Tras esta inocente conversación se está fraguando una de las mayores guerras de nuestros días. El eterno duelo, la dura contienda, la madre de todas las batallas.
"Novias Vs PES"
Como no es la primera vez que camuflamos una viciada uno contra uno al PES detrás de una partidita de cartas en parejas, intento no sacar el tema a mi novia que sigue absorta viendo la tele. Con un leve susurro y sin despegar la mirada de la caja tonta pregunta:
- ¿Quién era?
- Ah. Sergio, que a lo mejor se pasa por aquí con la novia a jugar a las cartas.
- Ah. Vale.
Señores. A partir de ahora comienza una guerra psicológica sin precedentes. Las novias, que no son tontas ni mucho menos, se saben el truco de la partidita de cartas y el anterior "ah vale" no se sabe si es un signo de conformidad o un mensaje cifrado que en realidad significa "se van a cagar como se les ocurra enchufar la PS2". Seguimos viendo la tele mientras ella se imagina la escena de los dos hombre jugando y cantando "GOOL" a voz en grito, mientras ellas se dedican despreciarnos públicamente. Es entonces cuando se da cuenta de la magnitud de lo que va a suceder y hablando sola empieza a recoger y a mover de sitio todos los objetos que encuentra a su paso.
- Desde luego, podrías preguntar antes de invitar a la gente. Está toda la casa tirada y a ti te da igual. No puede una ni estar un domingo tránquila. ¡Levántate y ayúdame!, que siempre haces lo mismo.
Las cosas no pueden empezar peor para las pretensiones de un jugón. Realmente el estado de la casa no es tan catastrófico y menos para una pareja con la que hay mucha confianza. Lo que ella pretende es minar tu moral y hacer surgir un sentimiento de culpabilidad que te quite definitivamente la idea de echarte un vicio con el colega. Sin hacer mucho ruido, me levanto dispuesto a ayudar a recoger y mi vista recorre todo el salón buscando posibles objetivos susceptibles de ser ordenados. Como no veo nada que llame mi atención, me limito o seguirla respetando una distancia mínima de seguridad para que se note que estoy haciendo algo.
- ¡Que haces detrás de mi! Recoge tus zapatillas que siempre están tiradas en medio de la sala.
Me dan unas ganas irrefrenables de mandarla a freír monas, pero pienso que puede ser una perdida inútil de efectivos en este momento. Prefiero reservarlos para la gran batalla. Sumiso y callado voy siguiendo las indicaciones sobre la colocación de los objetos que a "ella le molestan".
Al poco rato suena el telefonillo y a la dulce y aterciopelada voz de "HAZ ALGO Y CÓGELO TU", me dispongo a atenderlo.
Mientras sube el ascensor con la visita, nos disponemos bien formalitos en frente de la puerta esperando a que suene el timbre. A pesar de vivir en un séptimo piso, tengo la impresión de estar en la planta 92 de las extintas torres gemelas porque se me hace una eternidad el tiempo que pasa notando su mirada asesina, mientras agacho la cabeza pensando en la estrategia a seguir cuando llegue mi aliado.
De pronto un milagro sucede. Su cara de desprecio y agresividad se torna en una radiante sonrisa y amabilidad cuando abrimos la puerta. Ella saca todo su repertorio de anfitriona con buenas maneras y dice:
- Hola chica. Como estás. Me alegro que hayan venido. Me subía por las paredes todo el domingo aquí sola.
Atención. Primer misil a la línea de flotación. Con ese comentario ha dado a entender que no existo, que no soy nada sino un gusano y que como tal puede pisarme en cuanto quiera.
Yo tras un breve saludo a mi compi, intercambio una mirada cómplice y le muevo mis cejas como diciendo "cágate como está el patio"
- Hola Sergio. Dice ella fría y seca.
También da un toque de atención a mi colega pues es un enemigo más.
Tras la primera fase de la batalla, los contendientes se retiran en tregua para recolocar sus tropas y replantear las estrategias.
ELLOS:
- Tio. ¿Cómo ves el panorama?.
- Está chungo, pero a mi ninguna tía me dice cuando tengo que jugar o no.
- Es verdad. A mi también me ha soltado un par de puntas en el coche. Pero se van a cagar.
- Por supuesto. Me cojo Inglaterra.
- Vale. Yo España.
ELLAS:
- Que te pasa tía, que te veo de mala cara.
- Este hombre que me pone enferma. ¿Puedes creer que me ve recogiendo y no es capaz de ayudar?
- Tranquila que ahora los machacamos en las cartas.
- Esperemos que sí, porque capaz que están pensando en jugar a la PS2
- Mira. Como se les ocurra decir algo de ponerse a jugar, cojo la puerta y me voy.
- A mi me va a oir como se le ocurra mencionarlo.
Tras este receso las tropas vuelven al campo de batalla y se sientan todos en la sala con la tele al volumen 2 y se sirven las primeras bebidas para rebajar un poco la tensión del momento. Y surgen las primeras conversaciones sin interés para nadie.
- Bueno chicos ¿y como están? ¿Qué tal la semana?
- Cansada. Y ya es domingo y no he podido descansar.
- ¿Han visto que raro está el tiempo hoy?
- Sí. Tengo unas ganas de que llegue le verano ya para poder ir a la playa...
Tras esta sarta de estupideces sin sentido alguno se aborda el tema que todos esperan pero que eluden. Las chicas abren el fuego cruzado y una de ellas dice...
- Bueno. Que. ¿Nos echamos unas cartitas?
Comienza la guerra abierta. Uno de los chicos con un par de ........ responde
- Yo paso de las cartas. No tengo ganas.
- ¿Perdona? ¿Y entonces para que vinimos?
- Pues supongo que a verlos a ellos, o es que siempre tenemos que venir a jugar a lo mismo.
- Pero dijimos que íbamos a jugar a las cartas.
- Pues jueguen a las cartas las dos y nosotros nos ponemos a hacer otra cosa.
Se acabo la técnica. Se acabo la estrategia. Se acaba de desatar una guerra en la que vencerá el que tenga más resistencia.
- Ah. Muy bonito. Nosotras jugando solas ¿y ustedes que hacen mientras?
- Pues podemos jugar a la PS2 mientras ustedes juegan a las cartas.
En este momento los chicos vemos con estupor como a nuestras novias se le inyectan los ojos en sangre y empiezan a salirle colmillos de manera rápida y progresiva. Nos tocamos por debajo de la mesa para mantenernos firmes y para decirle al compañero "Aguanta macho y no te rajes que yo te apoyo".
- Esta es la última vez que nos hacen esto. ¿Quieren jugar? Pues jueguen todo lo que quieran.
La otra chica
- Pero es que siempre nos hacen lo mismo. ¿Tanto les cuesta jugar a las cartas y tenernos contentas aunque sea un día?
Atención: Cambio de estrategia del bando femenino. Al ver que nos mantenemos firmes en nuestro propósito de viciarnos, cambian la estrategia de "te voy a pisar la cabeza" por la de "mira que desgraciadita soy, como sufro".
Tras reconocer el éxito que supone su cambio, el bando masculino propone una salida negociada al conflicto.
- Bueno. Hacemos una cosa. Nosotros jugamos 2 partidos al PES , ida y vuelta , y después jugamos a las cartas a lo que quieran.
Se hace el silencio y las chicas se miran entre ellas no sabemos si meditando la oferta o llamándonos de todo para sus adentros. Para no reconocer su derrota, pues su objetivo era que no viéramos ni siquiera la intro del PES, cambian de táctica nuevamente a la táctica militarmente conocida como "Me indigne y habrá consecuencias".
- No claro. Como siempre, tenemos que esperar a que los señoritos se echen sus partiditas. Pero no te preocupes. Ya vendrás, ya.
- Pero si solo son dos partidos de nada, 20 min. escasos. En ese tiempo puede ponerse a mirar el "Hola" o algo de eso que hacen ustedes.
- Sí claro, como siempre a disposición de lo que ustedes decidan.
- Pero es que en lo que hemos discutido esto, ya hubieramos terminado.
Tras una retaila de insultos que no se reproduciran en este escrito, por respeto al lector, el bando femenino se retira derrotado y nosotros nos disponemos a jugar a nuestro amado juego no sin alargar las partidas lo máximo posible, dejando todas las intros y repeticiones y haciendo cambios inncesarios cada diez segundos.
Finalmente nos toca jugar a las cartas. Ella se congratulan de machacarnos al ganar en un juego que para nosotros no tiene el más mínimo interés mientras repasamos mentalmente los fallos y los goles acontecidos en el partido. Al final la sangre no llego al río y todos nos sentimos ganadores de la gran batalla.
Espero vuestras críticas y comentario