Nuevos contratos de discograficas: El artista es el que paga

Leyendo el blog de David Bravo, me ha dejado sorprendido su ultimo articulo.

De cómo los artistas pasan de cobrar poco por su trabajo a pagar a la discográfica

Cuantos más contratos discográficos leo, más me sorprende que no prevean los latigazos que recibirá el artista si llega tarde a las plantaciones de algodón. Decir que son abusivos es, hoy en día, una obviedad aceptada casi pacíficamente. Los que no lo saben, lo intuyen.

Mientras no pocos artistas se llevan las manos a la cabeza por aquello que firmaron en su día y de lo que sólo posteriormente adquirieron verdadera conciencia, los ejecutivos de las discográficas se pasean por platós de televisión llorando por las penurias de su esclavo. “Las descargas les matan de hambre”, decían mientras firmaban cartas de royalties anémicas. “Esto no se puede tolerar”, bramaban después de aprobar contratos discográficos que convertían al músico en un mueble de la compañía.

Lo peor de todo es que los actuales contratos discográficos están redactados de tal modo que hacen añorar los malos tiempos. Entre otras cuestiones no menos graves y en las que no entraré ahora, la mayoría de los contratos actuales, fundamentalmente de multinacionales, prevén que la discográfica percibirá un porcentaje sobre los beneficios que obtiene el artista por los conciertos. Es decir, el artista paga a la discográfica cada vez que da un concierto. Seguramente muchos pensarán que eso es porque la discográfica, travestida ahora de manager, adquiere la obligación de buscar conciertos al artista y de ahí su lógica remuneración. Pero no. En estos nuevos contratos la discográfica no hace nada más allá de poner la mano. Esta novedosa remuneración cae del cielo y no altera las obligaciones de la compañía, que hoy como ayer, siguen siendo las mismas: grabar el disco, distribuirlo y promocionarlo.

Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, parecía que ya empezaba a justificar por dónde vendrían los tiros en Julio de 2005, cuando, en la revista La Clave, dijo que "Los cantantes no viven sólo de los discos, el grueso de sus ingresos proviene de un mercado paralelo inducido por las compañías”.

La teoría se vuelve más espeluznante cuando coges la calculadora y la llevas a la práctica. En virtud de los contratos discográficos así redactados, cada seis meses el artista recibe una carta de la discográfica mediante la que le pagan sus royalties por los discos vendidos durante ese semestre. A su vez, el artista manda una carta a la discográfica con la que le paga a ésta el porcentaje que ahora le ha de abonar por conciertos. Pues bien, como cada vez se venden menos discos, la cantidad que recibe el artista va decreciendo paulatinamente, mientras que, como se dan más conciertos, la que recibe la compañía tiende a aumentar. Con el paso del tiempo y la crisis del disco se agudiza, estas diferencias entre lo que el artista da y lo que el artista recibe se hacen cada vez más patentes. Hasta tal punto es así que el artista puede, no sólo no percibir ingresos por royalties, sino terminar pagando a la disográfica. Este “puede” que he utilizado en la frase es por pura prudencia. Lo cierto es que todos los artistas con los que he hecho las cuentas -y se trata de un grupo muy heterogéneo que incluye a músicos ampliamente conocidos- terminarían pagando a la discográfica si firmaran este tipo de contrato. Afortunadamente sus contratos son anteriores a esta moda. Sin embargo, tres artistas por separado me confirman mis augurios. Tienen ese tipo de contrato y a los tres les sale a pagar. Así que, una vez compensadas las deudas tal y como prevé expresamente el contrato, la realidad es que no reciben nada de las discográficas por el trabajo de grabarles el disco. Es más, les pagan.

Antes, cuando sabíamos lo poco que cobraban los artistas, nos sorprendía la hipocresía que suponía que un ejecutivo de una discográfica se golpeara el pecho fingiendo defenderlos. Ahora no cobran poco por su trabajo. Ahora pagan. Si a algún afortunado todavía el saldo le da positivo, con el paulatino descenso de la venta de discos, pronto le dejará de pasar.

Mientras todo esto sucede -y créanme que en este artículo no les he contado nada- las entidades de gestión siguen en los periódicos hablando de lo realmente importante. Siguen asistiendo a conferencias internacionales para protestar por eso que tiene a los autores y a los músicos realmente preocupados. Ya saben, eso del emule. Y así, fingiendo que no saben y haciéndose los distraídos, le quitan el parche del ojo a su verdadero dueño y se lo colocan a un tipo que descarga música. Finjamos que éste es el enemigo, culpémosles de todos los males y recemos porque nadie se de cuenta y nos exija librar la verdadera batalla. Extraña guerra por los derechos de los músicos es la que libran ciertas entidades de gestión, que se sientan en la mesa para trazar planes de ataque con los mismos que deberían ser sus mayores adversarios.


¿Alguien mas duda de que las discograficas son un puto cancer para la musica?
videoconsolas está baneado por "usar clon para saltarse baneo temporal"
pues si tantos problemas dan las discograficas que el artista no firme con ellas.. digo yo.
Pero tranquilos, que con el canon les pagamos todo, osea que a mí no me vengan lloriqueando ahora.

Saludos. (No sé si he interpretado bien la noticia)
Cada vez son más los artistas que cuelgan su música directamente a internet, ajenos a las discográficas. Es lo que deberían hacer todos, mandar a tomar por culo a esa pandilla de sanguijuelas y que se hundan ellas solas.

La venta de CDs hace mucho que debería haberse acabado dando lugar a la venta digital o distribución libre, según elija el artista.
La solución es la autogestión, como ya están haciendo algunos grupos. Es cierto que la mayoría de grupos, especialmente los que empiezan, no pueden permitirse pagar una campaña publicitaria enorme para dar a conocer su producto, pero por suerte internet está abriendo nuevas vías en este aspecto con webs como jamendo o MySpace. Así mismo, la distribución puede hacerse a día de hoy por internet, sin necesidad de transportar cajas con discos a una red de tiendas y centros comerciales. Y grabar un disco es caro, pero por suerte también la evolución de la tecnología hace que sea relativamente asequible grabar una maqueta con métodos caseros y un sonido más que aceptable.
Internet no está matando la música, está matando las discográficas, que es muy diferente. Y no siento ninguna pena por ellas, al menos por las grandes, porque hay otras underground, pequeñitas y casi desconocidas que sin apenas medios apostaron y se arriesgaron con grupos desconocidos y a menudo minoritarios pero muchas veces de muchísima más calidad que otros que ganan millonadas en Sony, EMI o Warner y esas sí es una pena que desaparezcan. Curiosamente, la mayoría reniegan de esas Sociedades de Gestión "sin ánimo de lucro".

Por cierto, muy curiosa esta otra noticia, ya muy vieja (del 2002) pero que demuestra cómo se han estado aprovechando estos crápulas durante décadas tanto de los consumidores como de los artistas:

Condenan a las grandes discográficas por 'inflar' el precio de los CDs

ELMUNDO.ES

MADRID.- Capítulo número 'n' de las aventuras de las grandes discográficas. Después de los esfuerzos (legales e ilegales) de la RIAA (asociación de la industria del disco de EEUU) contra las redes de intercambio de música en Internet, ahora la justicia estadounidense descubre que los grandes sellos discográficos están violando las leyes al 'inflar' artificialmente el precio de los CDs.

Las cosas se ponen feas para las grandes discográficas. A pesar de los numerosos informes, estudios y cuentas de resultados que han presentado para demostrar que la piratería on line es la causante de la crisis del sector, ahora la justicia de EEUU condena a Bertelsmann, EMI, Warner, Sony y Universal (y a tres grandes cadenas de tiendas de discos) a pagar unos 65 millones de euros por subir injustificadamente el precio de los discos, lo que constituye una violación de las leyes antimonopolio, según informa Baquía.

Esta resolución no sólo pone en entredicho las argumentaciones de la industria contra las redes P2P (intercambio de archivos de ordenador a ordenador a través de redes como Kazaa o Morpheus, y antes, Napster), sino que justifica las quejas de los usuarios por el alto precio de los CDs.

De hecho, algunos estudios han demostrado que la piratería on line no es la causa fundamental del descenso de las ventas de discos del que tanto se queja la industria. La condena de la fiscalía general de Estados Unidos apunta a que la causa real sea el elevado (e injustificado) precio de la música 'legal'.
Fijese por ejemplo Fermin Muguruza ^^
Yo no veo mal que el artista sea el que pague a la discográfica, lo que sí me parece más oscuro es la relación establecida actualmente. La discográfica podría servir como agencia publicitaria, de imagen y demás, igual que existen otras empresas dedicadas a eso, pero debería servir de la misma manera que esas otras empresas, ofreciendo un servicio que paga el cliente y no parasitándolo, algo más limpio.
La idea es que la discografica es una agencia publicitaria para artistas,
si tu pillas a un tio que toca en locales de mala muerte o la calle, le financias un disco, le haces las campañas publicitarias y basicamente lo haces famoso, yo digo, que te mereces parte de lo que gana,

ahora, antiguamente, las discograficas se lo jugaban, mandaban observadores a differentes locales y actuaciones independientes a buscar nuevos talentos, y cuando encontraban a alguien que gustaba, entonces corrian con el riesgo que el artista no guste y salien perdiendo todo el dinero de la promocion,

pero ahora con los artistas prefabricados, el autotune, el protools, y la maquina publicitaria perfeccionada, basicamente son dueños de todo del artista, artistas estilo triunfitos, que se venden a si mismos, que cantan material de propiedad propia de la discografica entonces no tienen que pagar derechos de autor al artista, y ademas se llevan tajada de las actuaciones publicas,

ha habido un cambio de canta authores que generaban sus propios derechos y creaciones a basicamente interpretes de material producido genericamente por bajo coste, una caida del talento en general al poder corregir a alguien que toca o canta mal por ordenador, y basicamente un sistema de publicidad multivia que puede facil mente empujar a la fama a cualquier persona mientras tenga el apoyo de la discografica, y su eventual destitucion a favor de un interprete mas favorable economicamente,

en otras palabras, antiguamente las discograficas, cuando fichaban a un acto, corrian el riesgo, hoy en dia, ese riesgo se ha reducido bastantemente pero a coste de produccion industral de "arte", entonces el riesgo asumido por las discograficas es mucho menor, pero tambien la caldiad de su producto.
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