El Presidente de los EE.UU. es un fan acérrimo de los teléfonos BlackBerry desde antes de jurar su cargo, pero ahora mismo no parece tener otra elección. "No me está permitido tener un iPhone por razones de seguridad" comentó Barack Obama en un discurso de promoción de su plan de sanidad en La Casa Blanca frente a un grupo de jóvenes asistentes.
La prohibición no es de extrañar teniendo en cuenta las medidas de seguridad extremas que rodean al Presidente. Sin embargo, en una entrevista con Vanity Fair el año pasado, Obama
reconoció que sí que usaba un iPad de la marca de la manzana para navegar por Internet a menudo. El Gobierno estadounidense todavía no ha clasificado al iPhone como un dispositivo suficientemente seguro para usos militares y de funcionarios del Estado.
Obama ya había
expresado en 2009, antes de convertirse en el cabeza de estado de su país, que si juraba como Presidente, la NSA le iba a tener que "arrancar de las manos" su teléfono BlackBerry. Finalmente se le permitió utilizar una versión del teléfono con seguridad mejorada, con el que Obama se puede comunicar
solamente con 10 personas, lo que asegura que "no es nada divertido".
El Presidente americano comentó la imposibilidad de utilizar el teléfono de Apple para reconocer delante de su joven audiencia que no estaba tan al tanto como ellos de lo que cuesta una suscripción mensual de servicios móviles. Utilizó una cifra aproximada de lo que costarían estos servicios como referencia para su plan de salud asequible.
No es la primera vez que Obama recurre a iPhone para exponer alguna idea. El pasado octubre
argumentaba que el plan Obamacare no se debería juzgar severamente por los fallos iniciales, comparándolo con la manera en la que Apple arregla los
bugs en su sistema iOS: "No recuerdo a nadie sugiriendo que Apple dejara de vender iPhones o iPads o amenazando con cerrar la compañía si no lo arreglaban [un
bug]. Así no es como hacemos las cosas en America".