La compañía propietaria de Bethesda Softworks, ZeniMax Media,
demandó en 2014 a Facebook y a su entonces flamante empleado John Carmack por el aprovechamiento ilícito de código y tecnología desarrollada por el veterano programador mientras todavía militaba en id Software
Según los representantes de ZeniMax, Carmack habría aprovechado sus avances en el campo de los visores y controladores de realidad virtual para contribuir al desarrollo del visor de Oculus, la compañía de Palmer Luckey y Brendan Uribe que había sido adquirida por Facebook tras haber descarrilado las negociaciones con la propia Bethesda.
Los detalles del juicio fueron relativamente escabrosos, salpicando la reputación de un profesional tan respetado como Carmack, que llegó a reconocer haber empleado de forma casi involuntaria su propio código provisional sin tener en cuenta quién le pagaba cuando comenzó a escribirlo.
Un jurado de Dallas, Texas
determinó en febrero del año pasado que Oculus tendría que pagar a ZeniMax 500 millones de dólares tras emitir un veredicto a favor del demandante, reduciendo de forma muy considerable los 4.000 millones solicitados y dejando en suspenso la petición de que se detuviesen todas las ventas de la compañía. Desde Oculus y Facebook prometieron recurrir el veredicto al mismo tiempo que Carmack
demandaba por su parte a ZeniMax por el supuesto impago de parte de la cantidad debida por la venta de id Software.
Como nota relevante, los 500 millones del veredicto correspondían a diferentes conceptos: 200 millones de Oculus por la ruptura de contratos y acuerdos de confidencialidad, 50 millones por infracción de los derechos de autor del código y otros tantos por mentir sobre el origen de su producto. Palmer Luckey tendría que pagar la misma cantidad por idéntico motivo, mientras que a Uribe correspondería soltar nada menos que 150 millones.
Un nuevo episodio de esta saga legal se ha escrito esta mañana cuando el juez responsable del caso respondió al recurso de Facebook con una reducción a la mitad de los 500 millones solicitados. Además, también se ha desestimado la prohibición de la venta de los visores Oculus.
La reducción no es proporcional para cada cargo: los 250 millones correspondientes a contratos y derechos de autor se mantienen, mientras que el total de las cantidades a pagar por Luckey y Uribe y los 50 millones relacionados con la información sobre el origen del visor han sido descartados por el juez.
En Facebook no tienen la intención de darse por vencidos todavía. Representantes de la compañía han asegurado que recurrirán de nuevo las cantidades restantes (que incluyen ya un extra de 54 millones en intereses), que en su opinión resultan totalmente desorbitadas tras haber presentado pruebas de que solo siete líneas de código (de los 42 billones que forman el proyecto) habían sido copiadas literalmente por Carmack.
También cabe recordar que ZeniMax interpuso una segunda demanda de similares características todavía pendiente de resolución sobre
el visor Gear VR de Samsung. Probablemente los abogados de la compañía coreana estudiarán la actuación de los de Facebook para su caso.