Odio: m. Sentimiento de aversión y rechazo, muy intenso e incontrolable, hacia algo o alguien.
Eran las ocho de la mañana cuando soñó el despertador en el pequeño apartamento de Emmanuel, y en ese preciso momento le asaltó el odio de forma incomprensible.
-Cariño, ¿me oyes?, vas a llegar tarde al trabajo, he hecho café para los dos, te lo dejo en la cafetera-. Sólo el simple beso de su mujer causó estragos en el estómago de Emmanuel, que tuvo que contener una profunda arcada. -No hay motivo- pensó.
Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina cruzando del salón, el sol no lucía aún a través de los cristales de su ventana y las farolas de la calle iluminaban su cuerpo desproporcionado haciéndole sentir como un espectro en medio de una amalgama de formas extrañas. Se sirvió un copioso tazón de café con leche y se sentó a tomarlo acompañado de un croissant. No pudo acabar la taza, no comprendía porque bebía café si sabía que no le gustaba.
Miró con aversión el ambiente que le rodeaba, sabía que no había nada en esa habitación que fuera a salvarle del oscuro destino que le sobrevenía.