Si está bien hecho, ni se debe notar, ni debe de saltar al comer.
Vamos, esto no es una ciencia exacta, si te dedicas a abrir botellas con los dientes, comer pipas a diestro y siniestro o morderte las uñas, a lo mejor algún día se te salta el trozo de empaste (u otro trocito de esmalte), de lo contrario no, pero claro, también tendríamos que entrar a valorar la calidad del material que utilizan en tu dentista y otros factores que pueden determinar la durabilidad del empaste.
Yo en mi consulta me harto de hacer pequeñas restauraciones de este tipo salvo en casos donde el color del paciente sea muy extraño, siempre quedan perfectos (y aun en los casos difíciles puede maquillarse con tintes el empaste)