Hola, aunque leo el rincón a menudo, no soy muy dado a soltar mis rollos. Esta vez, sin embargo, lo voy a soltar. Realmente no busco consejos ni opiniones, aunque claro que siendo un foro todo el mundo es libre de postear, sino desquitarme un poco porque llevo un año un poco duro y ahora se juntan los nervios con mis ansiadas vacaciones.
Bueno, pues como desde que llevamos juntos (7 añitos ya), este año tenía pensado irme una semanita de vacaciones con mi novia a Asturias y Galicia (que es donde me gustaría a mí haber nacido y no en esta especie de desierto castellano donde habito). Después de todo el año currando, aguantando malos rollos en el trabajo y enfrentándome a mis problemas internos, la verdad es que lo necesito.
La cuestión es que mi novia se ha presentado a unas oposiciones de educación, que es prácticamente la única salida laboral que tiene su carrera, y, aunque bastante pocas, existen posibilidades de que se las saque (menudos nervios estamos pasando). Yo había planificado las vaciones considerando esta posibilidad y, haciendo caso a la gente del sindicato, las reservé para el 12 de agosto. Pero viendo lo lenta que va la adminsitración este año es probable que si tiene que hacer todo el proceso (es decir, si se las sacara) nos jodieran las vacaciones.
Yo, por supuesto, lo que quiero es que se saque la plaza, que Dios, la fortuna o quien sea baje y nos eche un cable porque es la única posibilidad de tener un futuro juntos a medio plazo, si no ya nos vamos al largo (e indefinido) plazo y uno ya tiene una edad y una paciencia bastante escasa. Pero también tengo que admitir que cada vez que pienso en no poder irme mi semanita me da un agobio tremendo. Os parecerá a muchos exagerado; sé que hay mucha gente que no puede salir de vacaciones, yo mismo he pasado bastantes veranos encerrado (particularmente uno fue muy malo). Pero desde hace un tiempo estoy atravesando una época un poco oscura y, para mí, el pasar un tiempo entre los colores verdes del norte y poder estar unos días mirando el mar, es algo muy importante, porque me hacer ver que la vida merece realmente la pena.
En último caso podría irme por mi cuenta, pero probablemente mandarían a mi novia a otra parte y me gustaría pasar esos días con ella, ya veremos.
Así que nada, a ver si por una vez tuviéramos suerte y tuviéramos las dos cosas.