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@ntuan escribió:Los smartphones son una pasada, hace diez años flipariamos en colores si hubieramos tenido uno. Lo que ocurre es la tendencia del ser humano, por su dejadez y falta de voluntad mas que nada (ya ni hablemos del maluso que se le da a estas tecnologias), de convertir estas tecnologias en algo trascendental en sus vidas y de una manera externa hacernos creer que es algo que necesitamos si o si, tal como ocurrio con el telefono movil, cuando sales sin el es como si te faltara algo y te sientes incomunicado..., entonces ¿como hacian hace 15 años?.
Yo la verdad que aparte de movil, lo uso de mp3 y para hacer cuatro fotos cuando estoi por ahi tomando algo de noche.
Nunca he visto lo que comentas, es mas, mucha gente que conozco lleva un "ladrillo" y a la gente le gusta mucho. Lo que no puedo soportar son las whassaperas, gente sin ninguna formalidad la cual estas hablando con ella y te tienen en segundo plano, antes el movil que una persona que tienes delante....
Clean Up escribió:Mucha gente se concentra en el teléfono y no vive el presente, no viven lo que están haciendo en ese momento, solo hablan del pasado por el whatsapp o del futuro, de las cosas que van a hacer, de cuando van a quedar, pero seguro que cuando llegue el día y queden lo pasarán mirando el whatsapp pensando en el futuro otra vez, pocos se concentran en lo que hacen en el presente.
ENIX escribió:Lo unico malo es que tener un smartphone, por lo menos para trabajar mucho lejos de enchufes, es que implica tener un segundo telefono, de esos de 10-15€ y que la bateria dura hasta 2 semanas
jnderblue escribió:Yo tengo un ZTE Blade desde hace 2 años que me costó 0€ al cambiarme a Yoigo y aunque solo tenga un procesador de 600 mhz va de maravilla para mis necesidades. Básicamente uso Endomondo, Orux Maps, Evernote, Navigon y Gmail, que para mi son aplicaciones tremendamente útiles, pero desde luego jamás me gastaría el dinero que vale un teléfono de última generación para usar algo que no lo necesita. Cuando este se me rompa, buscaré lo más económico que cumpla con lo que uso y hasta que vuelva a morir.