Antes que nada, quiero aclarar que soy una persona muy escéptica, y principalmente por esto me gustaría mucho hacer este experimento.
No sé si conoceréis la
"ley" de atracción, esa que básicamente defiende que puedes "manifestar" tus deseos si utilizas la metodología correcta.
Hay bastantes formas distintas de hacerlo y muchas cosas que se pueden atraer y manifestar, pero en este caso me gustaría centrarme en provocar que una persona en particular se ponga en contacto vosotros. ¿Cómo lograrlo? Muy sencillo:
- Dedica cinco minutos (algunos recomiendan que se haga un par o tres veces al día, otros que con una vez basta, lo que mejor os venga) a pensar en esa persona, imagínatela con todo detalle llamándote, abriendo Whatsapp y hablándote... el medio es indiferente, lo que importa es imaginarse vívidamente a esa persona haciendo lo que tenga que hacer para ponerse en contacto contigo.
- Convéncete a ti mismo/a de que va a ocurrir. No pienses "ojalá ocurra" o "quizá ocurra", simple y llanamente da por hecho que va a ocurrir.
- Escríbe tu afirmación en un papel como si ya estuviese claro que lo que buscas va a ocurrir. Por ejemplo: "[persona] me va a mandar un mensaje" o "[persona] me va a llamar esta tarde, mañana, en las próximas 48 horas, esta semana...".
Personalmente, me considero una persona muy racional y me cuesta enormemente creer en estas cosas, pero una vez tuve una experiencia relacionada con esto que todavía sigo siendo incapaz de explicar. Si queréis conocerla, decídmelo y la cuento en otro post, que no quiero que este se me haga muy largo.
Os invito a probarlo y a dejar los resultados por aquí, a ver si nos topamos con alguna sorpresa. Mi consejo es que penséis en una persona con la que hace mucho tiempo que no habláis, pero que tampoco sea alguien que os resulte excesivamente descabellado que os dirija la palabra.
PD: Agradecería que evitaseis los comentarios tipo "esto no funciona, esto es una superchería, etc.". Yo soy el primero que es consciente de cómo suena todo este tema, os lo aseguro, pero puede hacer más mal que bien al experimento y, a fin de cuentas, la idea es pasar el rato de buen rollo probando a ver qué pasa para saciar nuestra curiosidad, nada más.