A mí la afición coleccionista me va y me viene. He gastado bastante, pero no me arrepiento. A veces juego, y otras veces me resulta suficiente tener el juego (para jugar más adelante).
Esto es sólo una afición. Si te vas a mortificar por eso, mejor dejarlo. A mí me gusta mirar mi estantería con mis cientos de juegos. Es como tener una gran biblioteca de libros. ¿Hay que venderlos una vez leídos?. Pues no, al menos hacen bonito.
Yo, mirando los juegos, incluso evoco épocas más fáciles. Esos vicios con los amigos cuando estábamos en la universidad.