Hoy en día incluso el Holocuasto es un tema tabú todavía: quiero decir, está muy bien hablar de él, y recordarlo, siempre y cuando sea desde el punto de vista ortodoxo y nada revisionista. En cualquier caso, yo no soy un negacionista, todo lo contrario: creo que es un tema que incomoda tanto porque Hitler fue un monstruo, pero si algo le diferenció realmente de los demás dirigentes europeos es que él lo llevó a cabo. Hasta donde sabemos, los judíos no han sido especialmente populares en muchos sitios, y en general por toda Europa pensaban en la manera más decorosa de deshacerse de ellos. Países como Francia, Italia, y por aquella época, todos los países que se habían desligado del Imperio Austrohúngaro y del Ruso (no olvidar que si en España no hubo problemas con los judíos fue porque no volvieron desde el Exterminio de los Reyes Católicos), destacaban por su antisemitismo. En Rusia, los pogroms, las matanzas desorganizadas e indiscriminadas contra los judíos eran periodicas, comunes y hasta cierto punto rutinarias.
Por eso, que realmente, Hitler no era más antisemita que cualquier otro por aqui: la diferencia es que el supo de una solucion (final y fatal). Pero tampoco estaría bien olvidar que los aliados, con su espiritu libertador contra el enemigo fascista... ejem... En lugar de absorber la cantidad de desplazados que provocaron los campos de exterminio, prefirio deshacerse de ellos enviandolos a Oriente Proximo, lejos de Europa, donde no molestaran. Esa es la via menos engorrosa con la que se beneficiaron. La historia enseña, y eso deberíamos aprenderlo todos.
Un libro, de los más interesantes que yo he leido, es "Los Orígenes del Totalitarismo", escrito por Hannah Arendt, judeo-alemana, en el que explica como la solución a la llamada "Cuestión Judía" era un paso más, y necesario, en el sueño de la unificación de Europa. Y es triste ver, que, aunque al final dicha unificación se ha llevado por vías más o menos democráticas, Hannah Arendt llevaba razón, y esta unificacion, aunque a primera vista independientemente, solo la hemos hecho posible una vez los judíos no estaban por medio. Y así queda claro que no hay buenos y malos, sino víctimas y oportunistas.