Sin mencionar que a veces la sablada es lo de menos en las aduanas. A mí me trajeron animales desde EUA y fue todo un show. No sé ni cuántos certificados veterinarios tenían acreditando que estaban muy sanos y que no pasaba nada por introducirlos en el país (un certificado americano sellado por el Fish&Wildlife, un certificado español sellado y firmado por otro veterinario y creo que alguno más de por medio). Pues bien, cuando llegan los animales no nos los quieren dar porque lo que quieren es el certificado español sellado por el Fish&Wildlife y ¡oh, sorpresa! Fish&Wildlife no quiere sellar el certificado español porque sólo sellan el americano (es que España es un país un tanto rarito, porque para el resto de países basta con el certificado americano, así que no están acostumbrados a que les pidan estas cosas y te lo sellan o no según a quién pilles en ese momento). Total, antes de que por fin me dieran los animales pasaron en aduanas una semana encerrados en una caja sin comida ni agua, siendo evidente que varios veterinarios, incluído el organismo oficial cuyo sello exigían certificaban su buen estado de salud.
Por supuesto, bien que me cobraron toda la gestión, aparte del espacio que ocuparon durante esa semana. Afortunadamente, todos sobrevivieron, aunque si lo llego a saber, realizo la importación a otro país europeo que no ponga tantas pegas y después importo desde ese otro país europeo hasta aquí, como ya he hecho otras veces. Desde luego, me parece penoso que pese a existir el libre mercado entre la UE España tenga sus propios métodos extravagantes de importación. Ya que puedo importar de otro país de la UE aquí sin impedimentos, ¿no sería más lógico que la importación a cualquier país de la UE tuviese exactamente las mismas restricciones? Pero, una vez más, Spain is different.