Se acaricia tu nombre,
mi amor,
con la suave intención
de hacerte eterna.
Tu gran virtud fue
ser claridad. Ser luz,
un cielo cóncavo plagado
de sueños con perfume,
de sueños tiernos y nuestros.
Te alzabas en la lluvia
recogiendo en tu vestido
palabras nunca dichas...
nunca hechas palabra.
Tu mérito es ser mi amante,
deslizarte sigilosa sobre mi espalda,
tu bondad nace de tus ojos
en explosiones de amor sobre mi boca...
Tienes en tu vientre,
un torrente de pasión de fuego,
que funde mi cuerpo sobre tu alma...
y me hace sentir pequeño...
Sabes que te necesito
tan solo al pronunciar tu nombre...
pues solo decirlo...
es decirte "amor"
es llamarte mía...
es declararme tuyo
y bordar con letras de cielo
que te quiero por encima de todo.