Para mi el verano es...

[I]PARA MI, EL VERANO ES
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- PARA MI, EL VERANO ES...

Un rato llevaba ya la frase en el monitor personal de la escuela... y otro rato que seguramente seguiría.

Era la hora del recreo y oía las voces de sus amigos jugando en el patio, faltaba él, tenía que estar jugando allí con ellos pero la señorita le había pillado una vez más leyendo comics en la cajonera de su pupitre, y una vez más le había castigado pidiéndole una redacción durante el recreo, 500 palabras. Y sólo se le ocurrían las cinco primeras...

- PARA MI, EL VERANO ES...

Martilleaba el cursor al final de la frase. "¿Qué es PARA MI, EL verano?" se preguntaba sin prestarse atención. Oía los gritos de sus amigos en el patio, eran muy escandalosos. Se levantó de su pupitre que le había asignado la profesora en primera fila, para que le pudiese controlar bien. Aún tenía uno de los pupitres de los pequeños pero tenía de todo, como los nuevos, cajonera, monitor, teclado y las bandejas archivadoras con llave, para no tener que llevarse todos los libros a casa todos los días.

Se asomó por la ventana enrejada. Ahí estaban como están siempre sus amigos, jugando al fútbol con los del A, niños de su misma edad pero distintos a todos los ojos de la escuela, eran los favoritos de los profesores y eso les hacía sentirse por encima de los demás. Además siempre que jugaban al fútbol contra ellos acababan peleándose porque hacían trampas y jugaban sucio. De repente notó el frío que otras veces había sentido y rápidamente se volvió. Nadie.

Una vez más recordó a su madre diciéndole que esas sensaciones eran imaginaciones suyas, que se las inventaba, pero él sabía que no lo eran, sentía algo. Las visitas al psicólogo no habían servido para nada, había oído decir a sus padres en la cocina. Se acordó del casco de goma ese que le pusieron una vez, con muchos enchufes y agujitas que se le clavaba en el cuero cabelludo, electroencefalograma se llamaba el cacharro ese, o algo así. Y todo eso para qué, no le había servido de nada, seguía sintiendo algo algunas veces.

No estoy loco, se decía. Y estaba seguro de no estarlo. ¿Estarían los locos seguros de que no están locos?. Siempre se hacía preguntas del estilo, muchas, tenía mucha imaginación y sin embargo le era imposible continuar la redacción, le quedaban sólo quince minutos. ¿Y si en lugar del verano escribe lo de su sensación?, Seguramente los demás niños se reirían de él, como lo hizo su hermana mayor; y eso que pidió que no se riera ni se lo contase a nadie, pero se lo contó a sus padres y fue cuando empezaron las odiosas pruebas y visitas a los médicos. No sabía que era peor.

Volvió a su banco y miró hipnotizado a su monitor, ahora entendió el frío de antes.

- HOLA.

De repente se incomodó en el pupitre, ¿cómo que hola?, el no había escrito eso, se acercó al teclado y respondió.

- HOLA.

Y se quedó mirando, a ver qué pasaba.

- HOLA.

Volvió a aparecer en su monitor. Miró hacia atrás de la clase sin ver nadie, había pasado otras veces que los niños de otros cursos se habían introducido en la red de los pequeños, pero esta vez era distinta. No estaba en red, su ordenador era personal, esa misma mañana había cambiado la contraseña, era inexpugnable. Otra vez el frío.

- ¿TE AYUDO?.

Una vez más miró hacia atrás sorprendido. No le vería.

- SI. ¿QUIÉN ERES? -tecleó intrigado.
- UN AMIGO.
- ¿DONDE ESTAS?
- ESO NO IMPORTA. TE VOY A AYUDAR, MIRA.

Inmediatamente se abrió una nueva ventana del editor de textos, minimizando la anterior, e iban apareciendo letras, espacios, signos... palabras, un párrafo, otro... el contador de palabras parecía enloquecido 20, 33, 40....

Con el miedo reflejado en el rostro, el niño buscaba aterrado a su alrededor girando sobre sí mismo. Nadie, estaba solo. Ahora si que tenía demasiado miedo, casi temblaba. Casi automáticamente saltó corriendo hacia la puerta, giró el pomo, estaba cerrada; soltó el pomo rápidamente, estaba helado, veía cómo había dejado sus huellas sobre la escarcha. Intentó tranquilizarse controlando su respiración, intentando contenerse se dirigió hacia su ordenador, la primera ventana del editor estaba a la vista

-TRANQUILO, NO QUERIA ASUSTARTE, SOLO QUERIA AYUDARTE.

El cursor martilleaba al principio de la siguiente línea, le estaba invitando a responder.

- ¿DÓNDE ESTAS?.
- SI TE LO DIJERA TAMPOCO ME VERIAS. TRANQUILO, TE QUIERO AYUDAR.

Más frío en la clase, veía el vaho escapar de su boca y empañar su monitor, hacía más frío cada vez, era imposible, era finales de Julio. Debería hacer calor en clase como siempre.

- ¿QUIERES QUE TERMINE LA REDACCION?, CASI VA ACABAR EL RECREO

¿Qué podía hacer?, no podía salir y tenía que entregar la redacción, se estaba jugando un suspenso y sus padres le harían estudiar en verano esos horribles cuadernos de matemáticas y escritura.

- SI. POR FAVOR -escribió asustado.

Volvió a aparecer la redacción en primer plano, ya casi terminada. Y otra vez el baile de letras, palabras, tildes, signos... otro párrafo. Los ojos del niño intentaban ir leyendo las oraciones, era algo mágico, 402 palabras, el contador seguía su carrera propia, 430 palabras, 480...496...499..

- FIN

PRIIIIITITITII... sonó a su espalda. Dió un salto como un gato asustado y se giró mirando hacia el origen del sonido. Era la impresora escupiendo su redacción. Miró una vez más a su monitor. Apagado.

Se dirigió con precaución hacia la impresora, a cada paso notaba cómo su piel sentía el frío, tiritaba, sus dientes castañeaban, sudaba, estaba aterrado. Un paso, pie derecho... pie izquierdo. Notaba pesadez en la cabeza, el flequillo, se pasó la mano hasta él echándolo hacia atrás, miró a su mano y vió la escarcha entre sus dedos. Estaba volviendo a pasar, nunca le creían. Dos pasos más hasta llegar a la impresora.

Cuando cogió la hoja le pareció ver algo o alguien junto a él, no lo vio, pero lo notó como otras veces, ¿quién le miraba?.

"PARA MI, EL VERANO ES", leyó el título, y leyó algo del texto. Buscó el final del texto, después de la palabra "fin" había una mancha, una marca de agua, como los perros de los folios de marca Galgo. Llevó la hoja hasta la ventana y la puso contra el cristal para ver qué ocultaba a trasluz.
Un escalofrío casi le hizo soltar la hoja... estaba firmado y no era por él, nunca le creerían sus padres.

Dejó resbalar la hoja por el cristal sin soltarla y, según la bajaba vio que le observaban los ojos de todos sus amigos por fuera de la ventana, cabezas con cabezas.... Aguantando la respiración, pero de pronto estallaron en risas, mofándose de él, señalándole con el dedo, carcajadas malvadas, le habían tomado el pelo, será posible, ¿le habían tomado el pelo o no?, ¿de qué se reían?.

¡¡TRRRRRRRRIIIIIIIINGGGGG!!!
Sonó el timbre del final del recreo, esta vez no se asustó, ya no. Hay que cambiar de aula. El niño dejó la redacción sobre la mesa de la señorita, recogió su mochila y se dirigió hacia la puerta, ahora el pomo no estaba tan frío, tenía la temperatura natural. Abrió la puerta y la atravesó dejando la clase vacía y dirigiéndose al gimnasio, tocaba Educación Física.

Sin mirar atrás avanzó por el pasillo, no notó cómo se había vuelto a abrir y cerrar la puerta tras él. Iba pensando que esta vez no diría a sus padres nada, no diría que le habían ayudado a hacer los deberes, era un secreto más entre él y su querido abuelo. Como cuando vivía.

FIN.
Un buen relato, bien construido e interesante, aunque creo que podrias mejorar las sensaciones del muchacho. Sigue asi [fies]

" cajonera, monitor, teclado y las bandejas archivadoras con llave, " Yo quiero una clase de esas [jaja]
very good relato.

I like relatos with computers....
:Ð :Ð

En serio. Muy bueno y bien conseguido, pero se me ha hecho corto.

Saludins nens
Que intrigante...que misterio [flipa] no esperaba que fuese su querido abulo :)
Precioso relato. Me gusta mucho.

Saludos.
4 respuestas