Boin90 escribió:Yo siempre me estoy quejando y me preocupa que los de mi entorno, quiero decir; familia, amigos, compañeros y antiguos compañeros de escuela si me aprecian o no... pero yo no hago nada para ganarmelo, en la vida real por como soy se que la gente no me quiere, pero por internet y sitios como facebook podría hacer algo como publicar cosas, publicar a mis "amig@s", comentar sus fotos, etc... también es cierto que la gente se le quiere por como es, pero dependiendo de como seas, te aprecian más o menos o nada
así que haríais vosotros para que la gente me vea con otros ojos i me quiera?
Si basas tu felicidad en gustarle a todo el mundo te advierto que no lo vas a conseguir...
¿Por Internet? Las cosas no se demuestran con buenas palabras, ni en los muros de una red social, se demuestran con hechos. Si dices lo que el resto quiere oír, pero no te sacrificas, no das regalos sin pedir nada a cambio, ni gestos ni te la juegas... ¿ qué esperas obtener?
Es más, no deberías de obligarles a que les gustes. Ni obligarte a ti mismo a cambiar si no te aceptan tal como eres.
Ojo, otra cosa es ayudar a la gente si te cuenta sus cosas por redes sociales... pero problemas privados e íntimos. Por hacer cuatro comentarios puntuales en fotos no vas a conseguir una relación muy profunda ni enriquecedora, te pongas como te pongas.
Te voy a decir cómo me gusta a mí la gente: Ante todo SINCEROS, consecuentes con sus actos. Vamos, que si la cagan que lo admitan, que si dicen que van a estar ahí para ti estén, que no se anden con rollos de "jijijaja" para luego no hacer nada si me han dado esas esperanzas. Me encanta que sean alegres, pero que esa alegría sea algo genuino para transmitirme el buen rollo, no sé si me explico. Y que cuando toca escuchar y ponerse en serio lo hagan. Yo quiero a amigos adultos como yo, no a "payasos" con los que no puedes contar a las malas y de frente te sonríen, pero por la espalda tienen un problema contigo.
Si me empiezan a decir cosas, pero luego en los peores momentos desaparecen para mí no es aprecio puro y verdadero, es sólo algo circunstancial, que viene y va.
Hasta luego. Siento si ha sonado duro, pero creo que en ese plan mejor no fuerces la maquinaria.