Patética

EStoy apuntado a unas news de música, en las que además de mandar la informacion de conciertos, etc. cada semana mandan un relato o una reflexión sobre el tema del momento. Esta semana han mandado un relato. Y me ha encantado.

Patética

Laura se sentó en el sofá algo nerviosa esa noche. Se levantó y abrió una pequeña caja de madera que estaba encima de la mesa, se comió el dulce que allí había, y que su paladar calificó como exquisito, y empezó a quitarse la ropa. Se volvió a sentar. Estaba excitada, notaba que sus bragas se humedecían y le gustaba que Will la hiciera esperar. Él le había prometido una gran sorpresa.

Era tan pequeño, pero tan real, que Will llegó a pensar que estaba soñando, que todo aquello sólo era un producto enfermizo de su maltrecha imaginación. Pero era tan auténtico como los 100.000 dólares que había invertido en ello.

Will creía que Piotr Tchaikovsky había escrito su sexta Sinfonía, llamada "Patética", sólo para él. Albergaba en sus tímpanos la idea de que aquella composición le pertenecía, que era inseparable de su ser y su esencia. Cuando le ofrecieron la orquesta en la tienda de antigüedades pensó que el anciano era un bromista jubilado que no sabía como gastar su tiempo.

En su desmesurada afición, Will gastó parte de su fortuna en la recolección de objetos relacionados con Tchaikovsky. Ropa, partituras, cuadernos con apuntes musicales, pentagramas, borradores variados y un interminable etcétera. Lo tenía todo o eso creía hasta que abrió la chirriante puerta metálica de los anticuarios Wong.

El Sr. Wong puso en la mano de Will una pequeña cápsula dorada, el material era bastante blando y moldeable. "Ponga esto lejos de usted, a unos diez metros, en un espacio amplio y diga la palabra orquesta. Yo ya no lo necesito más, 100.000 dólares por su felicidad, pero tenga cuidado". La curiosidad hizo que Will comprara esa especie de píldora con forma de golosina. Dubitativo se dirigió a un parque puso la cápsula sobre el césped, a una distancia prudencial y pronunció "orquesta". De repente, enfrente de él, apareció una gran cantidad de bebés desnudos, algunos más grandes que otros (entre uno y dos metros), que acompañados por sus respectivos instrumentos se presentaron: "Hola papá, esperamos que te guste", y empezaron a tocar la "patética". Tras el estupor momentáneo, Will empezó a llorar. Nunca nadie había tocado con tal exquisitez la sexta sinfonía de Tchaikovsky. Además, era un acompañamiento perfecto para pedirle la mano a su novia, o eso pensó.

Will entró en la sala con el anillo en su mano, hizo una genoflexión delante de Laura: "Antes de decir nada quiero recordar esto con una especial banda sonora". Calló un segundo y dijo "Orquesta". Segundos después, el rostro de Laura empezó a dividirse, las mandíbulas se desencajaron, los dientes se cayeron al suelo, los ojos saltaron de sus órbitas y una enorme raja vertical abrió en canal todo el cuerpo de su amada. Entre los intestinos, sesos y demás órganos empezaron a aparecer unos bebés que al unísono dijeron:

"Hola papá, esperamos que te guste".
Wako, tú por estos lares. Es incluso más raro que verme a mi.

Curiosa historia.

Saludos.
Escrito originalmente por Heracles
Wako, tú por estos lares. Es incluso más raro que verme a mi.

Curiosa historia.

Saludos.

si.. leo el foro bastante, incluso he participado alguna vez..
Juer, qué buena! interesante, sí señor. A veces es necesario leer cosas así. Genial. Nos vemos!
3 respuestas