En la
época dorada del software español, allá entre 1983 y 1992, la producción de videojuegos para las máquinas de 8 bit de la época sufrió un importante auge a nivel mundial, pero
sobre todo a escala nacional. Las empresas productoras de entretenimiento digital patrio surgían como champiñones. Así pues, compañías tales como
Indescomp,
Made in Spain (Zigurat),
Dinamic Software,
Opera Soft o
Topo Soft se llenaban los bolsillos de las antiguas pesetas desarrollando juegos para
Spectrum,
MSX y
Amstrad, sobre todo.
La forma de trabajo de aquellos tiempos era bien distinta a lo que puede ocurrir en la actualidad. En un principio los
videojuegos se diseñaban directamente sobre la máquina que los iba a ejecutar. Para ello existía una doble vertiente, en función de la calidad requerida y de los conocimientos del programador: desarrollar en
ensamblador o desarrollar en algún
lenguaje de alto nivel (comúnmente algún intérprete nativo de
BASIC).
La diferencia entre ambas técnicas reside en
la potencia del producto final. Evidentemente, programar en ensamblador ayuda a
aprovechar al máximo las capacidades del aparato, ya que se hace necesario conocer a la perfección el funcionamiento interno del procesador y del resto del hardware, así como las instrucciones propietarias que presentan y permiten manejar. Hacerlo en un lenguaje de alto nivel acompaña en el proceso,
debido a su sencillez de codificación con respecto al ensamblador, pero es muy posible que no exprima al cien por cien el funcionamiento de la máquina.
Para desarrollar un título que fuera compatible con las tres plataformas más conocidas al mismo tiempo, los programadores debían, pues,
diseñar el juego para cada una de ellas particularmente, aprovechando muchas veces código en el traspaso debido a que las tres
compartían el mismo procesador, un
Z80. Sin embargo, el proceso resultaba tedioso y, para las empresas, poco rentable.
'Fernando Martín Basket Master' para Spectrum
Hacia el año 1987 apareció una herramienta denominada
PDS (
Programmers Development System), una suerte de sistema que hacía uso de un
compilador cruzado y de
un equipo de hardware para la época muy avanzado. Este equipo consistía en dos tarjetas, una
ISA con dos
puertos COM para un ordenador de 16 bit (que hacía las veces de equipo madre de programación) y otra que se insertaba en el equipo de 8 bit y que, en función de este, podía tener forma de cartucho o de periférico adaptado a él.
Desde el ordenador de 16 bit (bien un
PC, un
Amiga o un
Atari) se diseñaba el juego para, después,
enviarlo directamente, ya compilado y a través de un cable conectado a las tarjetas mencionadas, a la memoria de la máquina de 8 bit. De esta forma,
el desarrollo era mucho más rápido y dinámico a causa de la potencia de los computadores de trabajo y, también, se disponía de la posibilidad de hacer cambios directamente sobre la memoria para comprobar el funcionamiento de los distintos elementos y de
depurar errores prácticamente en tiempo de ejecución.
La pega de este sistema PDS es que él solito era capaz de generar las distintas compilaciones para las diferentes máquinas. Esto, que podría parecer una ventaja,
sólo así lo era para los empresarios dueños de las producciones, pero no para el público final. El problema reside en que, a pesar de que los tres ordenadores compartan procesador principal,
las capacidades gráficas, de audio, de memoria u otras no son las mismas. Por ejemplo, MSX tiene unas aptitudes gráficas bastante mejores que Spectrum, y Amstrad CPC un sistema de sonido también muy superior al de Spectrum.
Ello significaba que la primera versión que se desarrollaba
era la de Spectrum para, posteriormente, convertirla, a través de mínimos cambios, para MSX y Amstrad. La inmensa mayoría de los juegos de la época eran
conversiones directas de Spectrum, lo que cabreaba bastante a los usuarios de Amstrad o MSX, porque pagaban por juegos para sus plataformas que llevaban gráficos de Spectrum y el sonido chillón de los pitidos del
beeper de Spectrum. En fin,
no se aprovechaban las capacidades de las distintas máquinas, porque el objetivo era desarrollar rápido y vender mucho. Ojo, no siempre era así, pues algunas compañías como Opera Soft cuidaban muy mucho las versiones.
'Fernando Martín Basket Master' en Spectrum y Amstrad
Ricardo Cancho, a la sazón grafista de Topo Soft,
en una entrevista que le hicieron el pasado año 2010 comenta algo que no tiene desperdicio:
Desde el punto de vista técnico, siempre empezábamos por la versión de Spectrum, pero con los cálculos de memoria realizados para el Amstrad. ¿Por qué? Muy sencillo: el Amstrad era el que más consumía en gráficos, literalmente el doble que en las otras máquinas, así que primero había que asegurarse de que el proyecto cupiese entero en esta plataforma. Una vez realizadas las estimaciones, ya podíamos ponernos a hacer gráficos, mapas, etcétera. Así que, paradójicamente, en las versiones de Spectrum siempre quedaba algo de memoria libre de sus 48 KB.
La versión de MSX
se dejaba siempre para el final y solía ser un clon de la de Spectrum.
El criterio era puramente económico: no se dedicaba ni un minuto de tiempo extra a esta plataforma, para así cumplir los plazos de entrega y de fecha de salida al mercado.
Una auténtica pena que la avaricia de los mercaderes
aplastará ríos de imaginación y destreza informática por los siempre putos plazos de entrega. Pero hoy en día no es muy distinto. La única diferencia es que en aquellos tiempos, si realmente se aprovechaban las capacidades de cada equipo, el mismo juego para Sprectrum y MSX eran completamente polos opuestos. Hoy, si dejamos aparte la
Wii de Nintendo por su clara inferioridad técnica, es lo mismo ser un poseedor de una
PlayStation 3 o de un
Xbox 360, porque
los juegos se ven y se perciben de una forma exactamente igual en ambas plataformas. Y esto es algo que no tiene mucho sentido.
Ambas consolas actuales tienen unas capacidades similares,
pero no iguales. Cabría pensar, además, que el hecho de que el soporte nativo de PlayStation 3 sea el Blu-ray Disc y el de Xbox 360 sea el DVD podría llevar aparejada una mayor cantidad de contenidos en los juegos de la consola de Sony (más niveles, más cortes de vídeo…), pero no es así. Los títulos para ambas consolas
son prácticamente iguales, y las diferencias que se pueden encontrar son tan nimias que no merece la pena siquiera tenerlas en cuenta. Lo único que hoy día debería considerar un comprador a la hora de decidirse por una u otra, es
el precio y, sobre todo,
el catálogo de juegos.
'Dead Rising 2' en Xbox 360 y PS3
¿Qué es lo que impulsa esta tendencia? ¿Por qué se hacen juegos idénticos? ¿A qué oscuro acuerdo se ha llegado? Porque todo el mundo está de acuerdo en que, si se deseara realmente y se aprovecharan al máximo las capacidades de cada máquina,
la guerra entre Sony y Microsoft podría ser brutal. Pero eso no ocurre, ni ocurrirá. La historia se repite, no sabemos si por motivos económicos, de mercado o de lo que fuere.
Para el que quiera profundizar más en este tema,
desee disfrutar de un buen rato y tenga hora y cuarto que perder (o que ganar), os dejo con un
podcast de
RetroActivo, uno de los blog más interesantes, maduros, completos y profesionales del mundo retro de la informática y los videojuegos. En este vídeo ha tenido esta entrada su inspiración, pero
os recomiendo el resto también sin ningún género de dudas.
http://www.youtube.com/watch?v=iH98xMkR ... r_embeddedhttp://www.teknoplof.com/2011/10/11/com ... s-ochenta/