dinodini escribió:Esta película no vale porque ni el chico es rico y tampoco la chica es pobre, o al menos que haya una diferenciación de clase social mas baja de ella con respecto a él. Y si, la protagonista murió muy joven (...)
En mi opinión SÍ vale, porque aunque el chico no es rico, sí tiene un nivel económico superior al de la chica que le permite poder ofrecerle un trato económico a cambio de su ayuda.
Para quienes no vieron la película, éste es el argumento principal: un chico adolescente de familia media se dedica a cortar el césped a vecinos y conocidos para ganar unos dólares, para lo cual tiene una máquina cortacésped que es casi como un "kart", que se conduce, mientras estudia en el instituto. Ese trabajo humilde le ha estigmatizado en su entorno (los compañeros del instituto que no trabajan en nada o son de familias acomodadas le ven como el "tipo que te corta el césped") pero también le ha permitido hacerse unos ahorros modestos pero suficientes para ofrecerle un trato económico a la protagonista, a cambio de que se haga pasar por su novia una temporada.
La situación descrita en la película es perfectamente creíble y posible, dado que el hecho de que una persona tenga un trabajo humilde, no tiene por qué guardar relación alguna con su nivel de ahorro. Una persona sacrificada puede ahorrar mucho. Conozco personas humildes que podrían parecer pobres pero luego resulta que tienen cinco pisos, tres coches y 200.000 euros en acciones, además de dinero en efectivo.
Claro, todo el mundo presupone que un abogado, un ingeniero o un médico serán personas de dinero, pero ¿será una persona de dinero un jardinero, o un camarero? ¡Pues a lo mejor tiene más dinero que el abogado, el ingeniero o el médico! La razón es que cuando se tiene un negocio próspero el dinero circula y si se reinvierte sabiamente (en herramientas, por ejemplo) con el paso del tiempo se puede llegar a tener un patrimonio que nadie se imagina. Humildad y perseverancia siempre ayudan.
Nunca hay que dar por supuesto el nivel económico de una persona sólo por las apariencias.
El personaje de la película es un chaval trabajador y ahorrador, y por eso tiene dinero, aunque pertenezca, en apariencia, a una clase media baja. Precisamente, puede ofrecer sus servicios como jardinero porque tiene una máquina cortacésped de alta gama que cuesta un dinero y que no todos los vecinos pueden permitirse, pero él sí, porque la ha pagado con sus trabajos anteriores.
Y no olvidemos tampoco una cosa: a veces para ganar dinero hay que remangarse y quitarse los anillos. No todo el mundo trabajaría cortando el césped o cuidando ancianos, pero quien lo hace, tiene que ser retribuido, y luego tendrá un dinero que no habrá ganado quien dedica su tiempo a ver la televisión o pasar el rato en los bares con los amigos.
La película en este sentido presenta a un falso perdedor, y a una falsa ganadora, y la lección está clara: ni quien tiene un trabajo humilde es un perdedor, ni quien es popular en el instituto es ganador por ello.