Penitencia

A las buenas!! Despues de estar un tiempo sin escribir me ha dado por redactar esta especie de cuento, algo extraño la verdad. Pero poco se puede esperar de una idea desarrollada entre sueño y sueño en medio de una clase de Estructura de Datos y de la Informacion (veridico )
Aun asi lo de siempre, espero que lo disfruteis y que pongais vuestras opiniones y criticas, estoy abierto a todo. Y sobre todo no llameis a los servicios psiquiatricos, mi medico me ha asegurado que no estoy realmente loco... ^^

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PENITENCIA


Día 3

Hace dos días desperté aquí. No soy capaz de recordar nada, ni amigos, ni familia, ni una vida anterior a esto... nada, ni siquiera mi propio nombre. Este lugar es muy extraño, parece un piso, pero solo hay una habitación con una cama y un pequeño cuarto de baño, sin ninguna puerta de salida. El único sitio que conecta con el exterior es una ventana enfrente de la cama. Enfrente, a una distancia considerable, se divisa una gran plaza que esta concurrida a todas horas, pero no he podido fijarme mucho por la lejanía. Por lo que he podido ver el piso está situado a una altura considerable, quizá un piso treinta o más.

Cada mañana he encontrado comida en un rincón de la habitación, tampoco se como llega ahí. No es más que un pedazo de pan y una jarra con agua, pero me resulta suficiente. También tengo un diario, en el cual escribo. Aparte de eso, y quitando la ropa que visto, solo he encontrado una cosa mas en el cuarto, el rifle. Lo vi el primer día mirando debajo de la cama. Aunque no conservo ningún recuerdo anterior a esto, nada más verlo supe lo que era y me dio pánico tocarlo, por el momento sigue debajo de la cama.

Lo único que tengo claro es que estoy encerrado. Pasé la mayor parte del primer día buscando en las paredes una puerta, una pared falsa... pero no hay nada. Todo parece una broma pesada. Ayer intenté salir por la ventana, para intentar agarrarme a una cañería que pasa cerca y colarme por otra ventana mas abajo. El problema está en que parece que la ventana no quiere que yo salga. Puedo asomarme a ella, pero en cuanto hago un intento de salir la ventana se bloquea, como si tuviese un cristal invisible que no consiguiese atravesar... he llegado a embestir contra la ventana abierta, pero no hay manera de salir. También he probado a golpear paredes y gritar, intentando llamar la atención sobre cualquier persona en el edificio, pero siempre hay un silencio sepulcral. Nunca obtengo respuesta.

A partir de ahora intentaré escribir a diario, tengo mucho tiempo y no sé en qué emplearlo. Aparte de mirar por la ventana escribir es lo único que puedo hacer para mantener la cordura. Esta noche me quedaré despierto. Intentaré averiguar como llega la comida hasta aquí, puede que me ayude a salir de este sitio.


Día 4

He pasado toda la noche en vela, mirando por la ventana y esperando algún cambio en las migas del pan y la jarra vacía. No sé todavía como, pero la comida volvió a aparecer en el sitio donde antes estaban los restos. Estaba mirando la plaza a través de la ventana y al darme la vuelta me encontré con la comida. No llegué a escuchar ningún ruido, y tenía controlada la ventana... Esto es frustrante.

He vuelto a observar el rifle, y he descubierto que tiene una mira telescópica. La plaza se ve muy a lo lejos, pero creo que con la mira del rifle podría echar un vistazo más de cerca... Creo que mañana intentaré desmontar la mira con cuidado, para poder ver que ocurre fuera.


Día 5

Anoche tiré la jarra de agua por la ventana, al igual que los restos de pan. Me acosté en la esquina donde estaban y me arropé con una manta. Al despertarme he visto como tenía el pan entre mis rodillas, y la jarra al lado.

Hoy no he tenido valor para coger el rifle. Solo quiero la mira, pero me aterra el poner la mano sobre el arma... no sé la razón. Tendré que luchar contra ello si quiero saber que ocurre en el exterior, no queda otra opción.


Día 7

Hoy me decidí a coger el rifle finalmente. Reconozco que al sujetarlo me tiemblan un poco las manos, pero cada vez le tengo menos temor, al fin y al cabo solo es un objeto, y no hay nadie aquí que pueda usarlo contra mí...

Por lo que he podido ver no es un rifle normal y corriente. Esta claro que es un rifle de francotirador, pero esta demasiado ornamentado, resulta extraño. La madera es de un color negro como la pez, con vetas de color blanco; y el metal empleado parece plata labrada. Lo que más me ha llamado la atención es la culata, tiene una inscripción grabada, distinta en cada lado. Parece algún tipo de mensaje o algo por el estilo, pero no reconozco los caracteres, son demasiado confusos.

No he conseguido quitar la mira del rifle, esta fijada de algún modo que desconozco... y de todas formas, carezco de cualquier tipo de herramienta para desmontarlo. Si quiero intentar observar la plaza mas de cerca tendré que usar el rifle entero... Teniendo esto en mente he extraído el cargador del rifle, así como la bala de la recámara. Así evitaré disparar accidentalmente. Cuando he acabado ya era de noche y estaba cansado, con lo que me acostaré y miraré mañana la plaza.


Día 8

Cuando me he levantado el rifle estaba en el mismo sitio donde lo dejé, pero cargado. La comida, una vez más, se había renovado sola. Creo que me estoy acostumbrando a las rarezas de este lugar, aunque hay algo que no me cuadra, algo marcha mal, pero no consigo saber lo que es...

He vuelto a descargar el rifle y he echado un vistazo a la plaza. Por fin he podido ver caras... La gente va de un lado para otro y no parece que haya nada raro en ellos. Incluso de madrugada he estado observando la plaza, esta bien alumbrada, y el transito de personas no cesa en ningún momento.


Día 11

Estos días he estado observando la plaza cuanto tiempo me ha sido posible. Cada mañana la comida aparece en su sitio, y el rifle aparece cargado donde lo dejé.

De momento no he conseguido ver nada raro en la plaza ni en las personas que pasan. Para colmo parece que cada día pase gente totalmente nueva, ya sean hombre o mujeres, niños o ancianos; me da la impresión de ver constantemente caras nuevas.

Lo que no entiendo es porqué sigo encerrado. He comprobado las paredes y la ventana en más ocasiones, pero no parece haber forma de escapar. Me pregunto si habrá más gente como yo en otras habitaciones.

Esto parece una cárcel y yo el recluso. Si por lo menos supiese por qué estoy encerrado...


Día 13

¡He reconocido a una persona! Hoy, a través de la mira del rifle he visto a un hombre cuya cara me sonaba. Todavía no tengo muy claro de qué, pero reconozco su cara, además, nada más verle he sabido cual era su nombre: Frank.

Mientras le observaba se ha parado en medio de la plaza, me ha mirado y me ha saludado . Cuando lo ha hecho ha sonreído con una expresión de malicia que me ha inquietado, pero no puedo olvidar a ese hombre. Él sabía que le estaba mirando. Después ha reanudado su trayecto y ha desaparecido tras unos edificios.

Ese hombre parece mi única oportunidad de salir de aquí. Trataré de buscarle en los días siguientes.


Día 15

No he vuelto a ver a Frank, aunque apenas duermo de tanto observar el exterior... No veo mas que caras felices, hombres de negocios y despreocupaciones. Mientras tanto yo me pudro en esta habitación...

Esto no es justo. No puede existir la justicia si yo estoy aquí dentro y ellos allí fuera, la locura empieza a consumirme. Hoy ni siquiera me he preocupado de quitar el cargador del rifle, tampoco me sirve de nada quitar las balas. Nadie puede verme, nadie puede oírme... seguro que si disparase nadie se daría cuenta, a nadie le importo.

Sólo rezo para que Frank vuelva a aparecer en la plaza, estoy seguro de que él puede ayudarme...


Día 18

No hay ni rastro de Frank. No aparece por ningún lado y el tedio y la apatía me están consumiendo. No veo mas que ignorantes felices, gente que no sabe lo injusto que es el mundo. No conocen el dolor, no se preocupan por nadie excepto por ellos..


Día 22

Frank sigue sin aparecer. Pero estoy seguro que aparecerá... ese cabrón está jugando conmigo, pero daré con él y me ayudará... vaya si lo hará...


Día 25

He hecho algo terrible... Ayer disparé a una niña en la plaza, definitivamente algo va mal... me estoy volviendo loco. No he conseguido detener el odio que ha ido creciendo en mi interior, y ayer lo descargué contra aquella niña... Tendría unos seis años, e iba paseando con su madre... Estaba riendo, estaba feliz, creo que fue eso lo que me hizo apretar el gatillo. La vi sonreír y un instante después vi como la bala que había disparado la atravesaba el pecho... Cayó al suelo lentamente, y luego solo recuerdo a la madre llorando sobre el cadáver de su hija. La gente de alrededor no se detenía, parecían no ver el cadáver de la niña. A los pocos minutos vi como su madre la recogía y se la llevaba fuera de la plaza, sollozando, dejando un rastro de sangre tras de sí... Y cuando la mujer desapareció, vi a Frank . Apenas le vi unos segundos, pero pude ver como me observaba mientras sonreía... era una sonrisa maquiavélica, mezquina... Un instante después dejó la plaza siguiendo el rastro de sangre que había dejado la niña. Me quedé como paralizado, y no pude hacer más que dejar el rifle y desplomarme sobre la cama. Después solo recuerdo que tardé en dormirme y que tuve pesadillas que ahora mismo no recuerdo.

Ha sido hoy cuando me he dado cuenta de lo que hice. He llorado como un crío. Esta mañana he arrojado el rifle por la ventana, no quiero saber más de él... Tampoco tengo valor para asomarme a la ventana.


Día 26

El rifle ha vuelto a aparecer bajo la cama. Está claro que no puedo deshacerme de él... Todo parece igual un día tras otro, lo único que cambia aquí somos yo y este diario. Es como si todo fuese un ciclo que se repitiese una y otra vez... tengo que encontrar una manera de salir de este circulo vicioso.

Esta tarde he estado mirando a través de la ventana. La plaza sigue exactamente igual que antes. He estado pensando además en la gente que pasa por la plaza... no entiendo por qué antes de ayer nadie se detuvo alrededor de la niña, ni ayudo a la madre... parece como si la gente de la plaza fuesen autómatas. De todas formas hay rasgos humanos en ellos, no son visibles, pero los siento... Todo esto es muy extraño.


Día 27

Hoy he vuelto a coger el rifle para observar la plaza. Lo he descargado y he tirado la munición por la ventana.

La mancha de sangre que dejó mi crimen en la plaza ha desaparecido. En su lugar he vislumbrado un clavel rojo en el suelo, quizá depositado por la madre... Tampoco hoy he visto a Frank, sigo teniendo el presentimiento de que él tiene la clave de el porqué estoy aquí.


Día 30

Ya llevo un mes aquí... si no fuese por este diario no sería capaz de separar los días unos de otros, ni contarlos. Cada día es igual al anterior y mi angustia emborrona mi mente.

Hoy he visto a Frank en la plaza, en torno al mediodía. Creo que ha sido una especie de llamamiento algo por el estilo. Ya no consigo quitármelo de la cabeza, me estoy obsesionando con ese maldito hombre . Siempre que observo la plaza lo hago solo para buscarle, y mientras tanto hablo conmigo mismo, pronunciando su nombre y suplicando que aparezca...

Lo macabro del asunto es que Frank me ha pedido que disparase... Ha señalado a un hombre de negocios que atravesaba la plaza, un joven de unos veinticinco años, bien arreglado y trajeado. Cuando ha conseguido que fijase mi atención en él le ha apuntado con una mano, aparentando usar una pistola, y ha hecho un gesto de disparo. Había tirado la munición por la ventana, con lo que dejé escapar a la presa .

Cuando he vuelto a fijar la mira en Frank me ha dirigido una mirada severa y autoritaria; grave. El estomago me ha dado un vuelco y he empezado a sudar a mares; estaba atemorizado... Acto seguido se ha dado la vuelta y ha desaparecido entre unos edificios, con el rostro sembrado de ira. Tengo la impresión de que no le veré en unos días, y no se cuánto mas voy a aguantar aquí conservando la cordura...


Día 33

Hoy he vuelto a matar... He tenido que hacerlo. Frank no ha acudido a mi llamada, y estos días he visto en repetidas ocasiones al joven que me dijo que matase... era una señal, estaba claro. Tampoco he podido resistirme, nadie sabe que estoy aquí, nadie sabe que soy yo el culpable, y a nadie le importa la muerte de ese joven... Al fin y al cabo la gente del exterior parecen marionetas; son marionetas... Qué importa que me tome las molestias de cortar a un par de ellas los hilos y negarles el movimiento... Tengo poder sobre ellos y nadie puede verme, soy semejante a un Dios.

Y justo como sospechaba, tras apretar el gatillo Frank ha aparecido. Se ha acercado al cadáver y lo ha observado durante unos momentos, para luego dirigirme una desagradable sonrisa de oreja a oreja... hay algo diabólico en ese hombre. Inconscientemente le he murmurado una pregunta, aun a sabiendas de la distancia que nos separa, pero estoy seguro que me ha entendido. Le he dicho si me quedaba mucho tiempo de reclusión, y me ha dado a entender que aún me queda trabajo por hacer... tengo la impresión de que tendré que trabajar para él... aunque no me importa con tal de salir de aquí. Aquí solo importamos Frank y yo, y si tengo que matar mataré con tal de que me ayude a salir de esta apestosa jaula...


Día 34

Justo como sospechaba, Frank ha aparecido para darme mas trabajos... Todos del tipo que soy capaz de realizar: asesinatos. Pero qué importa, no disparo a personas...

Hoy ha señalado a un anciano que parecía volver a su casa después de un día de compras, y a una muchacha joven que parecía estar de paso. Siempre dudo un poco antes de apretar el gatillo, pero al final me hace sentir poderoso. Se que esta vacilación desaparecerá tarde o temprano. Tan pronto como me acostumbre a mi cometido...

Por lo menos Frank parece contento, creo que dentro de no mucho podrá aclararme el porqué estoy aquí, aunque no se muy bien como lo hará, pero sé que lo hará...


Día 36

Estos dos días han caído seis personas mas. Ya no vacilo al apretar el gatillo, ya no siento compasión ni pena por mis victimas... Y el patrón siempre es el mismo, Frank ya no me abandona. Disparo y el cuerpo cae, nadie se fija. Al día siguiente aparece un clavel rojo en el lugar del asesinato. Ya hay ocho en total, y parecen no marchitarse...

El único problema estos días es la comida, esta empeorando a pasos agigantados... El pan hay días que esta mohoso, y otros días está seco. La jarra de agua siempre esta sucia y el agua turbia, y la que sale del lavabo no es mucho mejor. Pero se que me acerco al final, se que Frank me está guiando, y si he de aguantar aun mas penurias aguantaré, sé que la recompensa merecerá la pena...


Día 40

El número de claveles se ha duplicado por lo menos. Frank parece una bestia insaciable... Hoy me he dado cuenta de nuevo de que algo no cuadra... La sensación de poder que me otorga el rifle me inunda y me aplaca, pero es una sensación vacía y avariciosa... Después de cada víctima siempre quiero otra, y así sucesivamente...

Si hay algo claro es que ya no soy el mismo de antes. Si antes me consideraba cuerdo con ataques de locura, ahora estoy loco, y tengo escasos momentos de lucidez. Este parece uno de esos momentos iluminados. Y dudo que me queden muchos más... Dentro de poco no seré mas que una herramienta de Frank, igual que el rifle está a mi merced... Si no busco una salida a esto pronto quedaré aquí atrapado para siempre. Espero ser más rápido que Frank.


Día 42

Cada vez más sangre baña la plaza, y cada vez mis ansias de matar aumentan... Pero Frank no me da una solución a todo esto. Responde a mis preguntas con negativas, y me sigue pidiendo que mate. Tengo que poner fin a todo esto... y solo sé que el fin tiene que ver algo con Frank... Y para colmo el pan y el agua son ya incomestibles, estoy a punto de ceder...


Día 45

La cuenta sigue subiendo... ya apenas conservo un rasgo de humanidad. Disfruto matando . Pero creo que he encontrado un método de salir de aquí. Creo que he comprendido que es lo que ocurre... Pero sé que si fallo no volveré a intentar nada, mi voluntad está casi perdida. Cuando empuño el rifle me pongo eufórico, duermo por las noches agarrado a él...


Día 47

Hoy es mi último día aquí, estoy seguro de ello. Esta mañana he acabado con todo, he acabado con Frank . Al despertare me he colocado en la ventana con el rifle, buscando a Frank, buscando objetivos. Y ha sido en el momento en el que le he observado con la mira cuando se ha dado cuenta de mi plan, cuando ha sabido que he descubierto su secreto; nuestro secreto.

Al principio ha huido como un crío, espantado por algún monstruo inexistente, pero ya no podía huir, su destino estaba sellado, al igual que el mío. Trató de salir por las calles que daban a la plaza, pero la gente se había colocado formando barreras, mientras el centro de la plaza quedaba totalmente desierto. Sólo con los claveles, rojos como la sangre, y Frank, con una horrible mueca de terror y desesperación en su cara.

Fui piadoso, y esta vez aseguro que no disfruté disparando, era una cuestión de justicia. De justicia suprema, de hecho. En esta ocasión yo había sido el pecador, el juez y el verdugo. No podía vacilar. Tampoco podía disfrutar ni lamentarme, simplemente me ceñí al papel que debía desempeñar.

Apreté el gatillo y la bala impacto en el pecho de Frank, justo en su corazón. Yo también sentí el balazo, al fin y al cabo era mi propio corazón. Pero lo acepté, engullí el dolor lo más estoicamente que pude, asumiendo mis pecados y pagando por ellos. Y ya está, así de simple y así de complicado era. Una vez hecho el disparo arrojé el rifle por la ventana, sé que mañana no volverá a aparecer bajo la cama. Sé que mañana ya no estaré aquí.

Al girarme además, encontré en la esquina de la comida pan de nuevo, pero en buen estado, acompañado de una jarra de leche. Hacía unos cuantos días que no probaba bocado, y lo engullí rápidamente. Para mi asombro con solo darme la vuelta las provisiones se reponían solas, con lo que he podido hartarme.

Y hasta aquí ha llegado todo. Escribo este último capitulo en el diario para poder decir que he salido. Que sé que esta noche vendrán a buscarme, no se quién, pero me sacaran de aquí. Y ahí acaba la historia. Yo me marcho. Y cuando salga de aquí, lo primero que haré es depositar un clavel blanco en la plaza, se lo debo a toda esa gente...

Como última anotación diré que ya sé que pone en los costados del arma, una vez más desconozco como he llegado a saberlo, pero en un lado pone "Pecado" y en la otra "Redención", supongo que es la doble naturaleza del arma. Y además, he recuperado una parte de mi memoria, una parte ínfima, pero suficiente. Mi nombre: Frank.