Eres tan pequeña que te puedes perder entre mis brazos.
Tan pequeña que me miras desde abajo y veo tus ojos sonrientes al lado de tu nariz que me apunta. Cuando no me miras, sólo puedo doblar mi cuello y besar tu pequeña cabeza.
Intento escapar del mundo refugiándome en tu melena y acabo encontrando tu cuello perfumado y delicado, una piel suave que no puedo sino besar delicadamente.
Agarro tu cintura y te levanto, rodeas mi cintura con tus piernas y te siento ligera sobre mis brazos mientras con los tuyos abrazas mi cuello y nuestros labios se encuentran. La ternura, la suavidad, el cuidado, el cariño…. Crece como una enredadera que nos envuelve y une, nos hace uno y mi corazón se llena de esta emoción que me impide soltarte y continuar con la vida.
Eres tan pequeña... pero es tan grande lo que me haces sentir que siento que el espacio entre mis brazos ha sido hecho para tenerte ahí, a salvo del mundo y mecida por el latido de mi corazón.