Parodius fue un giro muy interesante en los shooters. Konami demostró que podía dar un tono desenfadado, cómico diría, a un género tan serio hasta entonces como eran los matamarcianos. Por arte de magia veías a un pingüino volador luchando contra hordas de caramelos, peces, avispas y enfrentándote al final de la fase a un oso hormiguero gigante. Todo ello aderezado con una factura técnica impecable culminado con una BSO de lo mejorcito que se recuerda para MSX.
La verdad, los 80 fue la década dorada de Konami, pocas veces he visto tanta inspiración seguida y con tan pocos altibajos en una compañía.