Yo.. mi persona, lo confieso.
No sé cuándo pasó, tampoco sé si alguien se la agenció sin mi permiso, desconozco también si me lo merecía.
Antes, de noche, me gustaba encontrarme con ella, y robarle, tomarle prestadas ciertas cositas que me vendrían bien para mis humildes proyectos. Ahora de noche, al menos tengo la suerte de dormir correctamente.
Y la verdad es que no solamente era de noche cuando nos veíamos, (o el verbo que se pueda utilizar para esos encuentros tan fugazes e intensos) podía darse el caso en cualquier hora y en cualquier lugar, aunque normalmente los sitios se repetían. Y cómo molaban esos encuentros... La verdad es que la echo de menos, pero ignoro si la perdí por mi culpa.
Reconozco ser un poco descuidado, y tampoco hacía lo que me decía. A veces medio dormido en la cama, pasaba en hacerle caso, o simplemente repetíá lo que me había dicho en mi cabeza, imaginaba un poco la historia y me dormía. A la mañana siguiente tenía una idea tan vaga qu e no podía desarrollar nada. Si me hubiera levantado a por un lápiz, pero, tenía tanto sueño que pensé que ya volvería.
Y no, no vuelve, y si lo hace no estoy atento. Y si la invoco o la emulo no es lo mismo. Y por mucha "scheisse" que escriba no creo que se apiade de mí. Así que, de buena manera le pido desde aquí que por favor, vuelva a mí. Que pienso tratarla genial, que, estamos hechos el uno para el otro. Que intentaré ser mejor.
De verdad, intento recordar todo, pero no puedo. Y si lo hago, no es lo mismo que cuando la primera vez. Quizá por el tiempo, el sitio, la persona o el sentido. No lo sé. No lo ves? sin ti estoy más que perdido. Vuelve anda, no seas tonta. Tenemos mucho que compartir verdad?
Sí, lo sabes bien. Tu eres como esa amiga que siempre está ahí, la que te presta el hombro cuando necesitas desahogar las penas por ese desamor, la que te ayuda a conseguir su atención, la que llora como si fuera tu misma persona. A veces pienso que, todo lo que decías salía de mí, qué vanidad por mi parte.
Ays! Qué puedo hacer, no quiero lamentarme más. Vivo sin ti, sigo existiendo. Sé que no todo es lo mismo. La noche me angustia, y antes la adoraba. Ahora, la mañana me atrapa con sus sauces soñolientas, me despierto con energía pero pronto me descargo. Qué vida, qué frustración, no poder contar lo que siento es la peor maldición.
Mi voz alatargada rebota con el yeso de las paredes. Las teclas de mi teclado atropiezan las unas con las otras. Si no fuera porque estoy despierto, diría que se disputan el premio por la primera en ser pulsada.
Sé que, hasta que no haga méritos tu vuelta es una mera ilusión. Yo que no actuo por presión, daré prueba de ser digno y juntos... Ay juntos!, moveremos al mundo. Le haremos votarse de la silla, haremos a la gente reírse de ella misma, incluso llorar del mismo humor. Haremos... haríamos... hacemos tan buena pareja que, desde ahora, te espero. No tardes, y no me sorprendas. Sabes que me sobresalto con facilidad.
Te pido que vuelvas pero, como mayor de edad, no demasiado tarde. Preferiría no estar acostado y tener que levantarme para atenderte. Yo.. sí, lo sé, pido demasiado. Creo merecerte. Si tu no lo crees así, no vas a aparecer. No pienso buscarme a otra. No soy de esos. Y si nunca vuelves, no sé que haré, pero te aseguro que no cambiarte. No seas tonta y vuelve ya. Nos necesitamos, lo siento. Y sé que tu también te mueres de ganas.
Por cierto, vas a leer esto que escribo? Si lo escondo lo vas a ver de todos modos verdad? No hagas burla. Ambos somos muy divertidos y la soledad nos gusta tanto como nos asusta. qué complicados... vaya par.
Así que, quedamos un día de estos y hablamos. Luego yo ya me espavilaré con lo que tenga. No creo ser un aprovechado. Simplemente tú, me lo haces mejor que la mayoría. Alguna excepción se ha dado, pero al final siempre eres tú, la que empieza y lo remata.
Doy mi brazo a torcer, llega y ven a mí, de día de noche, a las 10 como a las 3, levantame del sueño que tenga e invítame a otros cien. Te espero, en la inocencia de la mañana o en perversidad de la madrugada, en la infancia del día o en la madurez de la noche, en la alza matutina o la caída vespertina, en el espejismo diurno o en la realidad nocturna.
Déjame ser yo mismo y no el velador vampírico de antaño, reconozco que en las sombras se escribe mejor, de día el sol me ilumina, me deslumbra con su luz cegadora, y entre pleonasmos inicio mi vigilia. Dejemos la noche como un recuerdo, y por qué no, con una cita abierta. Dicho esto espero sentirte con mis ojos, y verte pronto entre mis manos. Como escudo protector que protege celosamente el tesoro que aguarda en él.