Atención, voy a escribir un tocho que probablemente no interese a nadie. Pero necesito desahogarme.
Desde pequeñita tenía una pesadilla. Una sierra que se partía. No entendía su significado. Ahora lo sé, es un juego de palabras entre dientes de sierra y dientes de la boca. Como no hice caso de las sutiles advertencias, empezaron a ser más claras. A eso de los 10 empecé a tener otra pesadilla: se me caían todos los dientes.
Eso me obsesionaba. Me cepillaba mucho... hasta hacerme sangre casi. Cuidarme la boca, que no pasase joder, que no pasase...
A los 15 empecé a notar que se me movían los dientes, horizontalmente.
Fui a la Seguridad Social. Me dijo que no notaba nada extraño, que no tenía caries... que eran imaginaciones mías.
A los 17 volví a quejarme, no parecía haber problemas... pero ante mi insistencia me mandaron una ortopantomografía (radiografía de la mandíbula) y alucinaron (y yo) pepinillos.
Periodontitis, en una boca "sana" y de una joven... que a juzgar por el historial dental, NO PADECÍA UNA GINGIVITIS PREVIA. O lo que es lo mismo, se les pasó desapercibida. Ya que toda periodontitis deriva de una gingivitis por cojones, no voy a ser la excepción.
Periodontitis = piorrea, para quien la conozca así.
Básicamente y para resumir, consta de dos pasos, uno se ensancha la encía. Dos, se afina la raíz. Resultado, se caen las piezas.
Es irreversible.
Cuando me lo dijeron, me dio el ataque autodestructivo.
Actitud contraria a la que llevaba toda mi vida: dejar de cepillarme por completo.
Si se tenían que caer, que se cayeran ¿para qué cepillarme? ¿para escupir sangre y que los moviera? No tiene cura ¿no?
Y así estuve... hasta hace dos años y medio, casi tres. Que el dolor se hizo insoportable.
Normal. Mi boca era ya un hotel para la caries. Campaba a sus anchas.
Y para más inri, las muelas del juicio inferiores estaban cuajadas en la mandíbula haciendo presión al resto de la boca.
Solución: pedir cita a maxilofacial y sacar al menos una. Un año de espera.
Que vaya experiencia... lo primero que hicieron fue ponerme un paño en la cara, para que no viera nada y no me acojonara, que de poco sirvió claro.
Tuvieron que llamar a otro dentista más experto en medio de la cirugía... y el post-operatorio jejejeje.
En fin. La experiencia sirvió de algo. Aunque ya no me podía cepillar (me dolía de cojones) empecé a usar enjuague.
Este año ha sido bastante jodido a este respecto. Pero iba tirando. Dolor ocasional, nada concreto.
Pero me empezó a doler una muela a principios de mes, hasta el punto de querer romperme la cabeza contra la pared.
La encía estaba inflamada y se clavaba de lo lindo al masticar en el molar en cuestión.
Quise que me la extrajeran, pero como siempre, hasta que no pasase la infección...
Pasó y dejó de dolerme, pero por prevenir... me empasté la muela anteayer, en lugar de sacarla.
No sé en qué estaría pensando. La encía está mal... se inflama con facilidad... y más si empastan cutre dejando pinchos que se clavan en ella... que en seis horas ya había escupido cuatro trozos de empaste... el último un pincho enorme.
Ahora a esperar al lunes. A que la extraiga, empaste incluido.
Me da igual lo que me intente colar el dentista. Que la saque. Y gratis (o a mitad de precio) que el empaste fue una mierda.
Por lo que a partir de ahora muela que dé la calda, muela que sacaré.
No esperaré ni sufriré dolores por las piezas.
Cuando no me quede ningún diente (cinco o diez años como mucho) dentadura de las abuelas (si la economía me lo permite, que a lo mejor ni eso) en el vaso.
Y a tomar por culo.