PIEDRA
CAPITULO 1
"El mundo es como un panuelo...
Como un paòuelo lleno de mocos!!!!!!"
Ver?
Una imagen borrosa de algun lugar desonocido...
Oir?
El sonido lejano de un motor. Un vehiculo en marcha que se mueve a gran velociedad... y susurros de otras personas que no entiende.
Sentir?
Azul, el color de todo lo que le rodea...
Lo primero que pudo ver fue el suelo a ras de su mirada. Un suelo frio y metalico sobre el que descansaba su cara. Algunas voces lejanas le indicaban que no estaba sola pero su cabeza estaba demasiado pesada como para entenderlas con claridad.
Intento ponerse en pie, su cuerpo le pesaba demasiado y sus manos... Miro hacia sus manos y estan inmovilizadas con unas gruesas cadenas. Se agito nerviosa intentando liberarse.
Alguien con botas oscuras se acerco hasta ella. La cogio de los hombros para sentarla en el suelo. Sus musculos aun no habian despertado y su cabeza caia sobre su pecho. Esa misma persona le cogio la cara con ambas manos para verle el rostro.
Ella se esforzaba por enfocar la vista, pero no podia. Se tomo su tiempo. Lo unico que podia distinguir eran unos labios que hablaban pero que no oia, y una barbilla tatuada con marcas tribales.
- Ainoa - oia su nombre en la distancia.
Lentamente sus ojos fueron enfocando y sus musculos comenzaban a recuperar la fuerza perdida.
- Ainoa - repitio el mismo tipo.
La expresion de atontamiento del rostro de la chica comenzó a transformarse en seriedad y luego en enfado cuando pudo verlo claramente.
- Ya veo que la zorra esta despierta! - sentencio alguien detras del tipo de los tatuajes.
Él se volvió para mirar al que acababa de hablar, soltaba el humo de un cigarrillo a traves de una sonrisa de triunfador.
- Asi no se trata a esta puta! - grito acercandose.
El joven tatuado lo miró seriamente con sus ojos verdes. No le gustaba en absoluto su comportamiento.
- Adonis... - murmuro la chica desde el suelo.
El del cigarrro la cogio de su camiseta y de un tiron la levanto del suelo, luego la cogio del cuello aprisionandola contra la pared que tenia detras de ella. La chica tosio por el golpe.
- Ha pasado mucho tiempo... - dijo el maliciosamente mientras le echaba a ella el humo de su cigarrillo- verdad, carino?
La chica volvio a toser por culpa del humo.
- No el suficiente - respondio al final muy seriamente - Esperaba que estuvieras jodidamente muerto!
- Ya ves que no - se acerco mas a ella apretando la mano que tenia en su cuello - podemos recordar viejos tiempos.
Puso su otra mano en el pecho de la chica, ella permanecio impasible.
- Ni muerta volveria a joder contigo! - grito ella.
El joven sonrio y escupio el cigarrillo hacia un lado. Luego la beso dejando caer todo su peso sobre ella.
Ainoa se revolvio y golpeo a Adonis en la cara con sus manos encadenadas, luego le dio una patada.
- No me toques! - grito fuera de si.
El joven de los tatuajes quiso acercarse a ella pero una potente luz seguida de una honda expansiva, procedente de la propia Ainoa, lo mantuvo en su sitio, como a los otros dos tipos que estaban alli.
Adonis reia divertido. Con toda la tranquilidad del mundo saco una pistola y apunto a la chica.
- No! - grito el joven tatuado - Muerta no sirve de nada!
Disparo riendose. La luz se apago a y la honda expansiva ceso.
Ella cayó al suelo pesadamente.
Era un caluroso atardecer de verano y como todos los dias que tenia tiempo libre, Elijah, se dedicaba a su moto. En un tranquilo callejon habia improvisado el garaje para la puesta a punto de su maquina. Era uno de aquellos modelos antiguos pero que aun no se habia conseguido superar en cuanto a rendimientos.
- Hola chico - escucho la voz de alguien que exigia su atencion.
El joven de cabello castano levanto la cabeza y vio al otro lado de su moto a un tipo alto. Su pelo era blanco, su piel clara, y sus ojos tan transparentes que daban miedo cuando miraba directamente. En su barbilla tres signos tatuados que a Elijah le parecieron muy interesantes.
- Que? - contesto el chico mientras se ponia en pie.
- Sabes donde esta este sitio? - pregunto ensenandole un papel con el anuncio de un bar-hotel en el que se podia leer "Placer y descanso".
El joven suspiro y dejo caer sus hombros.
- Si, esta a volver esa esquina... - respondio senalando con el dedo la otra parte del callejon un poco avergonzado.
- Gracias, chaval.
El otro se despidio con la mano y se dirigio hacia donde el chico le habia indicado.
La ropa en el suelo era el camino hasta la cama. La habitacion era simple, seguramente, de un hotel barato de las afueras de la ciudad. Estaba anocheciendo y las luces de neon entraban por las ventanas: la vida nocturna comenzaba a despertar.
Ella le acariciaba el rostro sin dejar de mirarlo con sus ojos de gata. El sonreia sin poder apartar su mirada de ella. Cerro sus ojos grises y la abrazo fuertemente para no dejarla libre nunca mas. El tiempo transcurria demasiado rapido cuando se esta tan agusto.
- Que hora es? - pregunto ella lentamente sin querer saberlo en realidad.
El joven miro su reloj y se tomo su tiempo para responder:
- Las nueve.
La chica se levanto como empujada por un resorte abriendo exageradamente sus ojos.
- Que pasa? - interrogo el levantandose alterado tambien.
Ella no respondio, era como si su mente no estuviera alli. Empezo a recoger su ropa apresuradamente para vestirse.
- Que es lo que ocurre? - insistio el.
- Tengo prisa... - estaba nerviosa - Mucha prisa!!!
Iba de un lado a otro.
- Asi, de repente? - pregunto el poniendose en pie y tapandose de cintrua para abajo con la sabana.
Su cuerpo desnudo llamaba la atencion de la chica que no paraba de mirarlo de reojo pero en su cabeza habia otra preocupacion mas importante que no le permitia concentrase en el.
- He quedado con alguien - respondio frente al espejo mientras ordenaba su negro cabello - y no le gusta esperar.
Elijah seguia trasteando con su moto. Aquella tarde habia tenido suerte y disponia de bastante tiempo para dedicarse a su maquina. Se seco el sudor de la frente con su camiseta. Luego, en pie, bebio agua con una pajita de un bote de plastico. Su cara estaba manchada de grasa y sus ojos brillaban al mirar su moto.
- Eh, chico! - alguien requeria su atencion de nuevo.
Elijah desvio su mirada sin dejar de absorver con la pajita. Se encontro con un personaje extrano. No sabia si era una chica o un chico. Llevaba una gorra oscura y gafas de sol, pantalones anchos y un suerte que solamente dejaba al descubierto su brazo derecho, porque el izquierdo estaba completamente oculto bajo su manga larga, y la mano en el bolsillo. A su espalda llevaba una mochila.
- Sabes donde para esto? - pregunto sacandose del bolsillo con la mano derecha el mismo papelucho de anuncio del bar-hotel que habia visto antes.
Elijah asintio.
- Esta al volver la esquina - senalo con el dedo la direccion.
- Gracias - sonrio mientras se encaminaba hacia el sitio.
- No te vayas - suplico el chico de ojos grises rodeandola con sus brazos y besandole el cuello.
Ella dejó de atusarse el cabello y cerro los ojos, se dejo llevar durante unos momentos.
- Quedate conmigo... - susurro tiernamente - cancela tu cita de esta noche por mi...
La chica se quedo fria de repente.
- No puedo hacer eso.
Se escabuyo habilmente de sus brazos y sonrio algo nerviosa mientras retorcia las manos. El chico la miro tristemente durante unos segundos antes de volver a hablar:
- Me gustaria volver a verte...
Ella se acerco, puso sus manos alrededor de su cuello, se puso de puntillas y le dio un largo y humedo beso.
- Ha sido maravilloso - dijo ella antes de alejarse de el.
- Ni si quiera se tu nombre! - exclamo el de espaldas a la joven que ya esta en la puerta de la habitacion preparada para marcharse.
- Katrina - respondio mirandolo a traves del espejo por ultima vez.
La puerta se cerro.
El corrio tras ella con una ultima esperanza de no perderle la pista. Salio al pasillo gritandole:
- Espera! Te doy mi... movil... - la chica ya no estaba alli.
El joven se extrano, seguramente se habria ido corriendo.
Una alarma sonaba en la habitacion, el entro corriendo y rebusco en su mochila. Saco un pequeno aparato con una pantalla en la que se podia ver un punto rojo que se movia a gran velocidad sobre el mapa azul oscuro de una ciudad.
- Asi que estas aqui... -murmuro sonriendo.
"Placer y descanso" se podia leer en la entrada del local un cartel luminoso con una tipografia elegida con muy mal gusto. El tipo de la gorra estaba esperando en la puerta. Miro su reloj por ultima vez: 9:30. Un tanto enfuerecido se decidio a entrar en el local.
Algunos clientes dirigieron su atención a la puerta cuando ésta se abrió, pero enseguida volvieron a sus conversaciones y bebidas cuando comprobaron de quien se trataba.
El recién llegado no se quitó sus gafas de sol y examinó el local buscando a alguien que no estaba alli. Con las manos en los bolsillos se dirigió hacia la barra. Una vez allí ordenó una habitación, una mesa y una bebida. Se sentó en uno de los taburetes esperando a que alguna mesa quedara libre. A su alrededor, varios tipos lo habian seguido con la vista pero los ignoró por completo. El que más mirada incisca clavó en él fue un albino de ojos verdes. Lo que más llamaba la atención de aquel tipo eran los tatuajes de su barbilla.
- Qué tal? - preguntó el tatuado - De viaje?
Fue ignorado por completo. El otro dió un trago a su bebida.
- Te invito a algo si hablas conmigo un rato - propuso el albino acercandose más al recién llegado.
- No, gracias - respondió secamente el aludido - ya tengo bebida.
- Solo quiero charlar un rato - sonrió insistiendo en su proposición -, y si es con uma mujer mucho mejor...
Ahora si que había captado la atención del nuevo cliente. Se miraron. en el rostro de ella había una expresión de asombro que le preguntaba cómo había sido capaz de descubrirla. Él sonrió divertido por la situacion, dirigió su mirada al resto de la sala mientras se acercaba lo suficiente para poder susurrarle algunas cosas.
- Ningún hombre huele tan bien a perfume, - la miró de reojo mientras la chica permanecia con la cabeza baja - y ningún hombre entra a un sitio como este para acabar pidiendo un simple refresco.
Ella dió su último trago.
- Puedes sentarte allí - dijo la duena de la casa senalando la mesa que acababa de quedar libre.
La chica se levantó y sin decir nada se dirgió hacia allí. El albino la siguió con la vista. Ella dejó su mochila en el suelo y se sentó pesadamente dando notables muestras de cansancio.
Una puerta detras de él se abrió de golpe y la gorda senora del bar-hotel "Placer y descanso" asomó su grasiento rostro para berrearle algo.
- Elijah! - gritó poniéndose colorada - Deja de hacer el imbécil con este trasto y entra a trabajar de una maldita vez!
El chico se giró lentamente.
- Me has oido? - chilló poniéndose mas roja aún y apretando los puòos.
- No te esfuerces, mama - habló una chica desalinada llevando una bandeja con comida -, no ves que es un retrasado mental y le cuesta asimilar las órdenes.
- Retrasado lo será tu padre! - gritó él poniéndose en pie con una de sus herramientas en la mano.
- Elijah entra a servir las mesas ya! - ordenó la mujer una vez más.
La otra chica se rió divertida.
- Por lo menos mi padre no se mató haciendo el imbécil con una moto - sonrió sabiendo que había hecho mucho dano al chico.
- Mi padre ...! - chilló el joven enrojeciendo - Mi padre no hacía el imbécil con la moto, era su trabajo para mantenerte a tí y a la gorda de tu madre!
- Elijah - dijo la mujer seriamente - ves despidiendote de ese trasto y tus herramientas, manana las venderemos.
La chica reía divertida.
- No!
- Ya esta bien Jane, tenemos trabajo - dijo la mujer mientras ambas desaparecían de la puerta - Así aprendera este ninato a no faltarme el respeto...
Elijah se quedó cabizbajo mirando a su moto. De sus ojos salieron varias lagrimas que enseguida limpió con su brazo. Sacudió su cabeza y dejor caer su herramienta al suelo dispuesto a entrar en el local muy enfurecido.
Una luz sobre su cabeza llamo su atencion.
- Qué es eso? - preguntó sin poder terminar a penas la frase.
Una chica se materializó en el punto donde estaba la luz y cayó sobre él.
- Mierda! - exclamó ella con su culo encima del chico - Esto de seguir sus pensamientos por toda la ciudad no es nada divertido.
Katrina se ponía en pie arreglando su ropa sin darse cuenta aún del chico que había evitado que cayera sobre el duro suelo.
- Ni si quiera se dónde estoy! - exclamo mirando a ambos lados del callejon sin encontrar a nadie a quién preguntar, hasta que reparó en el joven tirado en el suelo.
La chica se inclinó sobre él para hablarle.
- Oye? - lo empujó con su dedo - Chico? Oye?
- Que... - respondió él torpemente.
- Sabes tú dónde está este sitio?
Ella también tenía un papel anunciando el negocio.
- Me oyes? - insistió Katrina zarandeandolo un poco.
Él se espabiló enseguida pero se quedó sin habla. La chica estaba muy inclinada sobre él y podía ver por su escote sus pechos. Elijah tragó saliva y empezó a enrojecer.
- Sades dónde para esto? - repitió la pregunta mirando ella el papel - "Placer y descanso"? Vaya nombre - anadió.
- Si, fondo... girar... esquina... derecha - senaló con su dedo temblando el joven.
- Gracias, chico - le dejó sus rojos labios marcados en la mejilla antes de marcharse corriendo.
Elijah quedó en el suelo rojo como un tomate.
Cuando Katrina abrio la puerta una nube de humo la asaltó y no pudo ver nada. Chocó contra alguien mucho mas alto que ella y perdió el equilibrio. Cuando se dió cuenta de lo que sucedía estaba en los brazos de un chico de blanco cabello y ojos verdes. La expresión de atontamiento de ella era exagerada.
- Estas bies? - preguntó él mientras la ayudaba a recuperar el equilibrio.
- S... s... si... - apenas pudo artircular la simple contestación.
- Lo siento mucho - dijo él un tanto preocupado - Seguro que estas bien? - insistió.
Katrina abrió sus ojos y se llevó la mano a la frete haciéndose la enferma.
- Creo que estoy un poco mareada - se cogió al brazo del chico como una lapa a la roca.
- Kat! - murmuró la chica con los dientes apretados al ver la escena - Ya estamos otra vez! - exclamó pesadamente mietras se levantaba.
Con paso firme se dirigió a dónde estaba teniendo lugar el encuentro. Algunos clientes estaban muy interesados en la recién llegada y lo que estaba ocurriendo con aquel tipo alto y de pelo blanco.
- Kat - dijo la de la gorra cogiéndo a la otra del brazo - Llegas tarde!
- Hola Ainoa - saludó Katrina sin apartar sus ojos del chico.
- Deja de molestar a este buen hombre. - tiró de ella.
- No molesta - dijó él divertido por la sitaución.
- Le oyes? No molesto - habló bruscamente la morena a la otra - Este amable joven me estaba ayudando porque nos hemos tropezado y estoy un poco mareada... - sonrió.
- Mareada?
- Sí.
- Anda, tira para la mesa que vamos a cenar ahora mismo! - ordenó sin creerse los motivos por los cuales estaba enganchada al tatuado como una lapa.
- Podrias cenar con nosotras! - exclamó Kat dando un saltito - Si no has cenado aún, claro...
La otra chica la miró enfurecida pero no dijo nada.
- No, no he cenado aún - respondió guinando un ojo a Ainoa.
Ella se asustó un poco y dio un paso atras.
- Esta bien... - dijo sin entusiasmo.
Llegó a la mesa y se quitó las gafas de sol dejádolas caer de mala gana. Kat había cogido al albino de la mano y lo arrastraba tambien hacia la mesa.
- Me gustaría saber que hacen dos chicas tan guapas en un lugar como este? - preguntó el joven muy interesado una vez que los tres estuvieron acomodados en la mesa.
- Y a tí que cono te importa... -murmuró la de la gorra.
- No le hagas caso - dijo Kat mirando a la otra de reojo y apretando la mano del chico - ladra mucho, pero no muerde. Ainoa ignoró el comentario dejándose caer en la silla y cruzando los brazos. El chico tatuado se dio cuenta ahora de que en su mano izquierda llevaba un guante, algo raro en aquella época del anio.
- Elijah! - gritó la senora del bar - Lleva esta bandeja aquella mesa inmeditamente!!!
El joven obedeció. Aún estaba ensimismado por el recuerdo de aquella chica morena. Sus ojos se abrieron exageradamente conforme se acercaba a la mesa que tenía que servir. Estaba viendo a la misma chica que le había besado. Perdió la poca atención que prestaba a lo que estaba haciendo y sus piernas tropezaron con algo justo en el instante en que llegaba a la mesa.
El albino no se dio cuenta de nada. Ainoa dio un empujón a su amiga y una patada a la silla donde estaba sentado el chico. Algo voló por el aire y ella se movió justo a tiempo para esquivarlo. En la pared se estrelló una bandeja llena de comida, y en el brazo izquierdo de la joven estaba colgado Elijah como si fuera un trapo.
- Estás bien, chico? - preguntó ella dejándolo en el suelo.
- Sí, - respondió él llevándose las manos al estómago porque le dolía bastante, el brazo de Ainoa era mucho más duro de lo que cabría esperar.
- Ainoa! - gritó Kat desde el suelo.
- Kat?
La de la gorra buscó a la otra debajo de la mesa y muy seriemnte le dijo:
- Que conio haces ahí abajo?
- Elijah! - la duena de la casa venía corriendo roja mientras chillaba- Qué has hecho? - le golpeaba con un panio de cocina grasiento.
- No es nada - dijo Ainoa inténtando calmar a la duena - tranquilicese senora, que no ha pasado nada. Ha sido un accidente.
- Maldito mocoso!! - murmuró entre dientes la mujer - No se preocupen, la cena corre por cuenta de la casa por las molestias.
El joven alto ayudaba a Kat a levantarse del suelo.
- Y en cuanto a ti - la mujer se dirigía ahora hacía el joven que estaba allí petrificado con la mano aún en el estómago - Limpia lo que has ensuciado!!!!
- Mi ropa!!! - exclamó Kat viendo algunas manchas en su blusa y su falda.
- Por favor, cambiaros a esa mesa del fondo - dijo la duena del bar- enseguida os serviremos la cena.
El del pelo blanco miraba a Ainoa de una forma rara, aún no sabía como se había desarrollado todo, pero lo cierto es que ni él mismo hubiera sido capaz de evitar el desastre.
- Voy a ver si puede arreglar esto!! - dijo Kat tristemente mirando su blusa.
Ambos se quedaron solos en la nueva mesa. Hubo un silencio largo. Ainoa parecía no tener ganas de entablar ninguna conversación con aquel chico.
- Cómo has hecho eso? - preguntó él para romper el hielo.
Ainoa levantó la cara y lo miró directamente por primera vez, hasta entonces su gorra siempre había mantenido gran parte de su rostro oculto. Tenía unos sensuales ojos rasgados de color claro, su piel era morena y su cabello rojo. Por la formas de su cara el chico estaba seguro de que pertenecia a alguna raza oriental.
- El qué? - respondió ella secamente.
- Eh? - el chico había quedado atontado mirandola, le parecía la chica mas guapa que había visto en su vida - Eh... Sabes a lo que me refiero... No te hagas la tonta...
- Pues moviéndome, lo pillas? - acompaòó su respuesta del movimiento de su mano derecha, la otra permanecia en el bolsillo del pantalon.
- No, no es eso a lo que me refiero - sacudió la cabeza antes de volver a mirarla directamente - Ninguna persona podría haber evitado ese desastre, ni si quiera yo...
- El que seas un soldado de élite no te convierte en un superhombre... - murmuró ella mirando hacia un lado.
- Cómo sabes eso? - preguntó extraòado él.
Ella sonrió y senaló su propia barbilla.
- Es la clase de tatuajes que sólo se hacen los soldados de élite... - aòadió.
Él chico sonrió y se dejó caer en la silla dejando su mirada perdida.
- No soy ningún superhombre, pero sólo un Mutado puede moverse así - dijo, y luego levanto los ojos para ver la expresión de la joven.
- No digas gilipolleces! - exclamó ella - Estaba viendo al chico de frente todo el rato, lo vi venir desde el principio.
- Ya...
Quedaron nuevamente en silencio.
Despues de unos momentos Ainoa se dio cuenta de que el chico la miraba fijamente.
- Qué pasa? - preguntó.
- no, nada - respondió él llevandose la mano a la cabeza y mirando hacia otra parte.Pero al momento siguiente no pudo evitar volver a fijar su vista en ella.
- Por qué coòo me miras así? - gritó ella inclinadose hacia delante.
Hubo un silencio incomodo.
El chico tragó saliva antes de hablar.
- Porque eres la chica mas guapa que he visto en mi vida! - respondió ruborizandose un poco.
Ella saltó hacia atrás abriendo los ojos y poniendose colorada también.
Kat abrió la boca hasta que casi se le desencaja la mandíbula. Acababa de llegar del servicio justo en el momento oportuno.
- Se me han quitado las ganas de cenar - dijo Ainoa levantandose de la mesa.
- Qué pasa? - preguntó el chico cogiendola de la mano para exigirle una explicación.
- No me toques! - ordenó sin ni si quiera mirarlo a la vez que sacudía su brazo con fuerza para liberarse.
Con la cabeza baja se marchó cruzándose con Kat, ni si quiera la miró, tan sólo le dio un empujón con su hombro.