Unas uñas astilladas. Resquebrajadas. Mugrientas. Negras por sus grietas. Unas uñas que se clavan en la carne. Que marcan la piel. Que dejan sangre. Uñas temblorosas. Llenas de rabia. De piel cuarteada y vieja. Que arañan. Que aprietan. Que asfixian. Uñas que gritan. Unas uñas que se clavan en las piedras. Que atrapan las presas y no las dejan huir. Que quiebran los pequeños huesos...
Son las uñas de un depredador... Son sus garras. Las aún robustas garras del viejo tigre, incapaz de salir de su jaula...