A ver, para que te calmes, te voy a contar que he pasado la misma situación que tú, pero un poco peor: la sangre que chupé era de una persona, la madre de la cuál tenía sida.
Un día jugando a fútbol me encontré una mancha roja en la camiseta que llevaba, y me paré un rato y estaba comiéndome un caramelo de aquellos que eran barritas que se chupan, y justo era de fresa (tenía 10 años o así).
Creyendo que lo de la camiseta era caramelo lo chupé, tragué saliva y me dí cuenta que no era caramelo, era sangre, y justo la sangre de ese compañero que se había hecho una herida en el brazo.
Total, 14 años después aquí estoy, sin nada. Fíjate, las posibilidades de que yo hubiera contraído sida eran mucho más altas que las tuyas y no pasó nada. De todas formas entiendo tu rayada, yo en su día a pesar de ser un crío estaba cagadito de miedo, fuí a mi médico y me dijo que era muy difícil que me hubiera contagiado. Aay qué putada ser hipocondríaco.