http://kailos.wordpress.com/2008/02/09/oxford-street-girl/
Allí estabas tu,
tirada en el centro del mundo
con tus pies descalzos,
una rosa en tu mano
a juego con el color de tu pedicura.
En esta ciudad de nadie,
yo no era nadie para decirte ni un misero
“May I help you?”
Las personas son libros que siempre tengo curiosidad por leer,
pero tu,
la chica de Oxford St a las 5 de las mañana,
eras jodida poesia.
Supongo que no te volveré a ver en la vida,
pero nunca me olvidaré de ti.