Dicen que llegó la primavera
como un cruce de piernas
de Sharon Stone en los noventa.
Y con ella lo que parecía
ya olvidado.
Dicen que nos sobran los motivos
¿Quién será tan sabio?
Sólo sé cuánto te echo de menos
y contigo lo que parecía
ya pasado.
Y a la vez la raspadura
que sangra con holgura
los versos que te escribo
y, las noches a oscuras
de hogueras descorchadas,
para disentir del frío
que el olvido nos dejó por escrito
a pie de página de la vida.
Dicen que es mejor haber amado
y haber perdido,
pero también dicen donde dije digo,
digo Diego.
Y ahora que ya no es ahora,
que quemamos el calendario
de las oportunidades perdidas,
digo Diego ¡Ea!.
Y a la vez me fumo un pitillo;
el último de la cajetilla,
por cierto. Y que sepas
que son las cuatro y media
ante meridian
y no hay forma de encontrar
a estas horas más nicotina.
Y a la hora de los noctámbulos
me ciño el sueño,
para que no te falten recelos de amor
por parte de servidor.
Y si te da por preguntar
otra vez, es verdad.
En mi lápida pone:
Vivió rápido y murió por amor.
Y si me contradigo,
no me lo digas por favor,
que es tan bonito
haberte querido, corazón.
Que de todas las maldades
que te dediqué
me arrepiento de corazón.