Sí... Creo que plasma muy bien lo que es ser un obsesivo compulsivo, y ya si ves el video ello queda muy bien retratado.
Triste el final...
Incluso yo, que sólo me lavo las manos unas 20 veces al día, y sólo compruebo que lo haya cogido todo un par o tres de veces antes de salir de casa, y que vigilo de no pisar las rayas de las baldosas cuando camino, me he sentido un poco identificada.
Y mi loro come su pienso por orden de colores: come lila, come rojo, come verde, come naranja... y el amarillo lo deja. A él también le gustaría este poema.