Vuela de mi mano,
vuela
hasta donde la vista alcanza,
más allá de las colinas,
a un lugar donde la ciencia es arte.
Vuela con mis manos,
déjame fundirte en el crepúsculo
con colores cálidos.
Déjame dibujar rayos dorados
sobre tus mejillas.
Cierra los ojos
y dime qué puedes imaginar,
deja de leer...
Y sueña.
Vuela junto a mí
a ese lugar de tus sueños,
donde las almas no están lastradas,
donde pueda recorrerte
hasta dormir sobre tu pecho.
Déjame sentir
el calor de tus latidos,
el frío de tu aliento
contra mi cuello.
Deja que repase en susurros
cada senda de tu piel;
que peinen mis cabellos
tu rostro.
Cierra los ojos, mi cielo
y vuela junto a mí
a ese lugar de ensueño
donde irnos a vivir.
Deja que mis miedos
se mueran aquí.