En estas tardes tardas,
me extiendo sobre tu torso,
como una cansada paloma.
Sobre ti,
las espirales de mi pelo
encierran tu cara
en esta jaula barroca.
En estas tardes largas,
la brisa de mis labios
refresca tu espalda;
ese escalofrío lento,
bemol de flauta.
En estas tardes vastas,
me pierdo en el rumor
de tu mirada.