Quizá resulta
que en el amor
no se conquista invadiendo,
ni devastando, ni quemando...
El amor no es una guerra
en la que para ganar
debas dejarte vencer;
ni vencerás intentando vencer...
De ese modo,
posiblemente sólo acabes siendo
una persona dulcemente sometida
por alguien amargamente imprescindible;
y con el tiempo,
todo tu romanticismo acabará mutando
en odio al sexo opuesto.
No debes buscar que alguien te idolatre,
sólo porque tú no creas en ti mismo.
No debes arrodillarte ante dioses o diosas postizos
que pueden mandarte al infierno
mientras ruegas que te salven.
Todo eso no es amar;
es necesitar.
Porque se trata de tomar de la mano,
no de colgarse del brazo.
¿Y cómo encontrar el amor entonces?
LUCHA POR TUS METAS,
acaba los estudios,
encuentra un buen trabajo,
disfruta de la noche...
¡Y museos, cine, libros, música...
que revienten de arte tus sentidos!
Vívela y créala si quieres...
... pero sobre todo,
no te pares;
no te pares derrotado en medio del camino
a esperar que alguien te recoja;
porque te aseguro que entonces la vida te atropella.
Sólo cuando tomes fuertemente las riendas de tu vida
podrás cabalgar sobre tus miserias...
Sólo así podrás quitar el polvo
a todas esas melodías enterradas
que son tus viejos sueños.
Aunque suene paradójico,
creo que hasta que no aprendas a estar sólo,
no podrás estar con alguien...
... Porque después de todo,
quizá resulta
que en el amor se conquista siendo libre;
quizá resulta
que en el amor se conquista liberando.