El caracol pestañeó estupefacto al divisar en el horizonte una manada de manos que corrían velozmente hacia él. No dudó un instante en su instinto de supervivencia para esconderse concienzudamente bajo el sombrero de un espantapájaros que el viento había escupido de su cabeza. Tras unos momentos de mudismo intenso, intensificó sus fuerzas para salir forzosamente de su escondrijo ya que se quedaba sin aire al que meterle mano bajo la tela del sombrero. Y hablando de manos, éstas habían desaparecido en la lejanía del prado para manosear unas cabras cabreadas con su dueño, que las tenía desamparadas al lado una torreta repleta de amperios que se morían por torrarlas en aquel terreno. El ruido de un tractor se incorporó al nerviosismo de los cuerpos de los rumiantes, que despavoridos se ramificaron en varios grupos de fuga. Fugazmente, un diminuto cometa cometió el cometido de aterrizar tan pancho al lado el poncho de un ex-presidiario excursionista, que a diario acudía al lugar sacudido por las dudas de conocer mejor el medio ambiente. La ambientación creada en la zona fué a mayor cuando el hermano menor de la hermandad de campesinos, asestó un golpe a una campana tras asistir a un campeonato de manazas, siéndole arrebatado el premio por las manos del principio de la historia.
La conclusión que sacó el saqueador del huerto cuando desapareció su saco lleno de frutas robadas, fruto de su obsesión por aumentar su obesidad a costa del prójimo, fué precipitada: Lanzarse por el precipicio a cualquier precio sin preocuparse de lo que pudiera haber abajo, pero una bajada de tensión le obligó a chocar su ombligo con la hierba a causa de un desmayo. No obstante, era Mayo, buen mes para no andarse con mesuras y repartir paz y amor hacia todo el mundo; cosa que hizo Alejo, ya que con un botijo sacado de un alijo en la iglesia del pueblo, reanimó al saqueador y lo sacó amablemente del césped para incorporarlo sobre un mueble que tenía en su patio. Luego partió a comprar el pan, vió el partido que acabó en empate, cenó de zanahorias y se acostó trás contarse a sí mismo el mismo cuento que día tras día le ayudaba a conciliar el sueño.
P.D. Un Saludo a Todos, Sé Que Hace Mucho Tiempo Que No Paso Por El Foro, Pero Os Aprecio Un Montón. Deseo Regresar Pronto. Saludos!!!